El 'caso De la Rosa' acelerará una drástica renovación del Gobierno y el partido de Pujol
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, está planteándose acelerar una drástica renovación de la cúpula de Convergència Democrática (CDC) y del propio Gobierno catalán tras la crisis desencadenada por el caso De la Rosa, según han asegurado fuentes del propio partido. Algunos relevos se iniciarán después de las elecciones municipales, salvo que una profundización de la crisis obligue a adelantar acontecimientos. Por otra parte, la actual crisis ha mejorado sensiblemente las relaciones de Pujol con el secretario general del partido, Miquel Roca. Ambos han cerrado filas y están soportando prácticamente solos el peso de la crisis política más importante desde el caso Banca Catalana.
Pujol efectuará cambios en dos frentes: en el Gobierno y en la cúpula del partido. El presidente quiere evitar relevos inmediatos en el Ejecutivo que puedan ser interpretados precisamente como asunción de responsabilidades políticas, que no se limitan a los casos De la Rosa y Planasdemunt, sino que incluyen el pésimo funcionamiento. de la Admnistración ante los incendios forestales y las inundaciones. Macià Alavedra y Josep Maria Cullell son los consejeros que están en el ojo del huracán, afectados por sus relaciones más estrechas con el financiero De la Rosa, que sigue en prisión. El actual consejero de Sanidad, Xavier Trias, es uno de los nombres que ganarán peso en el Gobierno catalán, según fuentes del partido.Los cambios en el consejo ejecutivo pueden producirse en paralelo con la renovación de la dirección del partido. Dos personajes fundamentales en este segundo ámbito serán el actual secretario de Presidencia, Joaquim Triadú, y el consejero de Enseñanza, Joan Maria Pujals. Ambos han iniciado ya una rápida carrera ascendente que les sitúa en línea con otros nombres preparados para adquirir mayor protagonismo. Entre ellos se hallan el portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, Artur Mas; el consejero de Agricultura, Francesc Xavier Marimón; el responsable de la comisión de disciplina de Convergencia, Jaunie Ciurana, y el secretario del Departamento de Sanidad, Antoni Gelonch.
Fidelidad intachable
Todos ellos constituyen la nueva generación de cuadros convergentes, limpios de polvo y de clara ideología nacionalista y de intachable fidelidad a Pujol. La operación ya se refleja con la inclusión de personajes de prominente perfil pujolista en el equipo que prepara la campaña de Miquel Roca a la alcaldía de Barcelona.
El secretario general de CDC ha explicado a sus colaboradores que tiene previsto abandonar su cargo en Convergència, tanto si gana como si pierde la alcaldía de Barcelona en 1995. Roca ha delegado ya las tareas más cotidianas de esta. responsabilidad en el secretario de Organización, Ramon Camp, por lo que en la práctica no regresará a las funciones de número dos del partido que ha venido ejerciendo desde 1974. La persona mejor situada para sustituir a Roca es Joan Maria Pujals, según fuentes del propio partido. Un cambio de los estatutos realizado en 1992 permite que sea el consejo nacional del partido, y no necesariamente el congreso, el que elija al secretario general.
Las mismas fuentes aseguran que tanto Pujol como Roca creen que la instrucción del juez no conducirá a implicaciones que puedan afectarles personalmente en el caso De la Rosa. Estos últimos días, el propio Pujol ha hecho indagaciones cautelares para asegurarse que no tendrá sorpresas desagradables procedentes de su entorno más inmediato. Roca ha quedado relacionado con el caso De la Rosa muy tangencialmente. Una hija suya trabajó solo como secretaria en la empresa Quail y él mismo viajó a Wembley en el jet del financiero.
Antes de su comparecencia en el Parlamento de Cataluña, Pujol tenía decidido llegar hasta el final, agotar el coste político del caso De la Rosa, aceptando incluso las comisiones de investigación exigidas por la oposición. Sin embargo, tras oír los argumentos contrarios de algunos miembros de la cúpula de Convergència y del Ejecutivo autónomo, optó por plantear que fuese la Sindicatura de Cuentas la que investigase.
Pujol no duda públicamente de la honestidad de sus consejeros, y especialmente de Alavedra, pero algunos silencios han despertado dudas sobre la fortaleza de éste en momentos difíciles, que contrasta, por ejemplo, con la actitud del ex ministro de Economía Carlos Solchaga durante la crisis provocada en el Gobierno al, destaparse el caso Rubio.
Crítica ácida
Frente a la hipótesis de un acercamiento entre Pujol y Roca, hecho que sostienen fuentes de distintas familias convergentes, otros sectores achacan al secretario general no haber sido ajeno al desencadenamiento de la crisis por el caso De la Rosa. Roca ha soportado en más de una ocasión el dedo acusador de este núcleo convergente que le atribuye toda suerte de maniobras incluso contra el entorno familiar del presidente. Este sector propaga en ámbitos domésticos del partido que una merma en la capacidad de influencia de Pujol sería recibida con alivio en algunos despachos del Gobierno central y entre los círculos roquistas empeñados infructuosamente hasta hace pocos meses en una colaboración más estrecha entre CiU y el Gobierno. La mejoría de las relaciones entre Pujol y Roca descarta que el presidente de la Generalitat catalán participe de tales sospechas.La crítica a Roca es especialmente ácida en el entorno de Unió Democrática, el partido coligado con Convergència, que se ha mantenido al margen de la crisis al no haber sido relacionado ninguno de sus líderes con el empresario De la Rosa. La única mancha es la nula tutela ejercida por el ex consejero de Justicia Agustí Bassols, de Unió, de las operaciones de la Fundación Quail, tutela que correspondía a su departamento.
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