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Justicia investiga la venta de carne de baja calidad a la cárcel de Carabanchel

Los servicios de inspección de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios, dependiente del Ministerio de Justicia, investigan si en los últimos cinco años la prisión de Carabanchel se ha abastecido de alimentos -carnes, huevos, frutas...- cuya calidad, en general, no corresponde al precio que se pagaba por ellos. La inspección tiene sospechas de fraude, y ha tomado declaración ya a los responsables de la cocina, al menos a seis funcionarios y al administrador de Carabanchel, Simón Pañero. Aún queda por declarar el director del centro José Antonio Moreta. La investigación abarca también algunas donaciones irregulares concedidás -al centro por, paradójicamente, la misma industria que s ministra los productos , cárnicos y avícolas que consumen los más de 2.000 iniernos de Carabanchel.Al margen de las singulares donaciones (una de ellas, consistente en el envío de dos talones por un importe total de 1.750.000 pesetas para la compra de un reloj electrónico), lo que más enfurece a los responsables penitenciaros es la posibilidad de que se hayan suministrado alimentos de calidad inferior a la estipulada.

Para disimular la calidad de la carne (no vale igual, por ejemplo, un kilo de chuletas frescas que otro de carne congelada), la empresa suministradora de ese producto colocaba los trozos de mayor calidad en la parte superior de la caja, y los peores, debajo o entremézclados. Aparentemente, lo hacía con objeto de dificultar su control cuando la mercancía llegaba a la prisión, según fuentes de Asuntos Penitenciarios.

Irregularidades de esta índole se han podido cometer en los suministros de carnes, pollo, huevos y frutas. Las dos empresas que abastecían de estos productos a Carabanchel dejaron de ser proveedores al levantarse las sospechas. Los inspectores tratan de aclarar, no obstante, si existió algún tipo: de connivencia entre las empresas y algún funcionario de la cocina, o entre ésta y los propios responsables del centro.Aparte de las donaciones, ahora se ha sabido que Carabanchel dispuso de una cuenta bancaria para, presuntamente, captar fondos de proveedores con destino a actividades lúdicas de los presos.

Para la comida de los internos sanos, Carabanchel tiene un presupuesto de 438 pesetas por día y preso, y para los que necesitan un cuidado especial en la enfermería, 805 pesetas."El chanchullo, si finalmente se logra probar, puede estar también en llevar a la prisión huevos más pequeños que los acordados", señalan fuentes de la investigación.

La empresa que surtía de productos cárnicos y avícolas a Carabanchel es la misma que sigue suministrándolos a las prisiones de Navalcarnero, Valdemoro Y Alcalá-Meco.

Un proveedor de Carabanchel dice que le pidieron ayuda económica. Ramiro J., directivo de la empresa suministradora de carne, negó ayer haber vendido a Carabanchel productos de una calidad inferior al precio fijado en la contrata, y rogo que se omitiera el nombre de su industria hasta que concluyan las pesquisas. "Yo siempre he creído que estaba haciendo un servicio buenísimo a Carabanchel, hasta el punto de que apenas he obtenido beneficios; ponía la docena de huevos a 110 pesetas", subrayó. Su industria factura alrededor de 100 millones anuales con sus suministros a las prisiones de Madrid.

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José Antonio Moreta, director de Carabanchel, asegura que la investigación que ahora desarrolla la inspección fue iniciativa suya. "Fui yo mismo quien denunció a la secretaría general esas supuestas irregularidades para que se abriese una investigación". Sin embargo, desde la secretaría de estado se tiene el convencimiento de la dificultad que implica que alimentos de peor calidad a la establecida pasen los controles sin que ello se advierta en la prisión.

Las irregulares donaciones efectuadas por esta empresa vienen a anadir dudas. El suministrador, Ramiro J., envió hace algunos meses al administrador de Carabanchel dos talones por un importe global de 1.750.000 pesetas. El dinero se destinó a la compra de una especie de reloj electrónico ideado para que los funcionarios fichen a la salida y entrada del centro.Cheques nominativos

Los cheques fueron enviados al administrador del centro, si bien eran nominativos: sólo podía hacerlos líquidos la empresa que vendía el reloj. El remitente de ambos talones explicó ayer: "Hace tiempo me llamó el administrador [de Carabanchel], fuimos al despacho del director y ambos me pidieron que colaborara con dinero en la compra de un reloj. Les dije que estaba dispuesto a colaborar, pero el precio de aquello se salió de lo normal. Al final lo pagué para no romper mi promesa". "En una ocasión", añade Ramiro J., "también colaboré con 35.000 pesetas. Me dijeron que las necesitaban para tapar unos agujeros que había en un patio de la cárcel".

En Asuntos Penitenciarios se han echado las manos a la cabeza al conocer tan irregulares donaciones. "No se puede aceptar ningún bien sin permiso de Patrimonio del Estado", dicen. Aunque no descartan que haya mediado buena fe. Ahora se ha descubierto también que, durante algún tiempo, Carabanchel dispuso de una cuenta en la Caja Postal supuestamente destinada a captar dinero de proveedores para actividades lúdicas de los internos.

Al conocer la donación del reloj, merced a una denuncia del, sindicato de prisiones ACAIP, Asuntos Penitenciarios dio orden de no instalarlo. La idea es devolverlo. Aunque, de momento, está retenido. "Se trata de una de las pruebas de la investigación",. destacan las fuentes consultadas.

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