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Un caso de escuchas ilegales sobre el dimitido ministro Longuet sacude a Francia

Enric González

La policía y los jueces no dejan de asumir protagonismo en la política francesa. Ayer se conocio que el ex ministro conservador Gérard Longuet, recién dimitido del Gobierno e implicado en dos sumarios por presunta corrupción, era objeto de escuchas ilegales. El teléfono de su despacho en la presidencia del Consejo Regional de Lorena había sido manipulado por desconocidos y tenía un microemisor.Longuet, que será procesado en los próximos días bajo dos su marios distintos (financiación ilegal del Partido Republicano, del que es presidente, e irregularidades en el pago de su villa en la Costa Azul), dio a conocer personalmente la noticia y pesentó denuncia. El supuesto es pionaje reviste una gravedad especial, ya que el teléfono manipulado está conectado a la red interministerial.

El ex ministro no se resigna a su procesamiento e insiste en su inocencia, especialmente en lo que se refiere al pago de su casa. El juez bretón, Renaud van Ruymbeque, sostiene que el constructor le facturó poco más del 50% del precio real a cambio, presumiblemente, de contratas públicas en Lorena.

Longuet ha encargado una tasación a un especialista independiente que parece darle la razón, y la esgrime como "la primera prueba" de su integridad. La tasación, junto con otros documentos y una explicación general, se incluye en un folleto de ocho páginas llamado Gérard Longuet, la realidad de los hechos, elaborado por él.

La otra baja del Gobierno de Edouard Balladur, Alain Carignon, también fue noticia ayer. Su demanda de libertad provisional fue rechazada "por la gravedad de los cargos imputados", de acuerdo con el texto judicial. Carignon, que sigue siendo alcalde de Grenoble, presentó en julio su dimisión como ministro de la Comunicación, al ser informado de su inminente procesamiento.

El ex ministro esperaba ser acusado de malversación y prevaricación, pero el cargo fue el de "corrupción pasiva a gran es cala", mucho más grave. Según el juez Philippe Courroye, de Lyon, Carignon cedió la distribución del agua de Grenoble a la compañía Lyormaise des Eaux a cambio de dinero y regalos como un piso y viajes gratuitos en avión privado. Un antiguo colaborador del alcalde grenoblés admitió anteayer que la concesión fraudulenta del negoio del agua y su contrapartida económica secreta fueron acordados punto por punto durante un almuerzo, justo después de que Carignon ganara las elecciones.

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