El mal tiempo retrasa la evaluación y limpieza del vertido de petróleo ruso
La guerra de cifras puede ocultar intereses empresariales
Las malas condiciones meteorológicas retrasaban ayer las tareas para evaluar y combatir las secuelas del escape de petróleo ocurrido en el oleoducto cerca de la localidad rusa de Usinsk, en la República de Komi, en las cercanías del Círculo Polar Ártico. Casi todos los trabajos están parados debido a que la zona se ha helado, según manifestó un portavoz de Greenpeace, evitando fuentes del Comité de Salvación del Río Pechora, que reconoció el lugar a bordo, de un helicóptero.
El mal tiempo reinante en Usinsk obligó a la comisión de emergencia enviada por Moscú a permanecer en la ciudad de Siktivkar, la capital de la república autónoma de Komi, según manifestó un portavoz del Comité de Emergencia de Rusia.Los datos sobre la envergadura de la contaminación seguían siendo confusos. El Comité de Emergencia de Rusia evaluaba el vertido de petróleo en 30.000 toneladas, extendidas sobre una superficie de 68 kilómetros cuadrados de tundra, y el comité local de protección de la naturaleza lo hacía en 70.000 toneladas. Cifras muy inferiores a las dadas por EE UU y Greenpeace, que calculan que se han derramado más de 200.000 toneladas.
Detrás de la guerra de cifras puede haber intereses. Una fuente del sector del transporte petrolero citada por la agencia Interfax manifestó ayer que la repercusión en Occidente del escape de Komi beneficia a las empresas estadounidenses y europeas favorables al proyecto de Las Puertas del Norte, que prevé construir una terminal petrolera en la costa del mar de Barents y un oleoducto desde los yacimientos de Timano-Pechora.
Intereses empresariales
Según la fuente de Interfax, este proyecto tendrá su propio sistema de transporte al margen del sistema estatal ruso Transneft, afectado por el accidente. En Las Puertas del Norte participan las empresas norteamericanas Texaco, Exxon, Amoco y Conoco, así como la anglo-holandesa Shell y la noruega Norsk Hydro, conjuntamente con las rusas Rosshelf y Arjangelskgeologia, además de la Administración de la región de Arjangelsk y del distrito de Nenets.También eran confusos los datos sobre la eventual contaminación del río Pechora, que según las informaciones del comité para su salvación, estaría. contaminado. Portavoces de Greenpeace en Moscú manifestaron que unos pescadores de la localidad de Ust-Selmá, a 450 kilómetros del lugar del accidente, habían detectado contaminación en forma de grumos de crudo. Según estas fuentes, el río todavía no estaba helado y los pescadores no podían asegurar si los grumos eran resultado del accidente de Usinsk o de otros vertidos, habituales en la zona.
Las autoridades rusas insisten en declarar que la contaminación no ha afectado al Pechora, aunque sí a sus afluentes, los ríos Kolva y Usá. El principal temor de las-organizaciones ecologistas es que el petróleo llegue al frágil ecosistema del océano Ártico la próxima primavera, cuando llegue el deshielo, sin que se hayan podido acometer los oportunos trabajos de limpieza. EE UU y la UE han ofrecido a Rusia asistencia técnica para detener el desastre ecológico.
Distintas fuentes, incluido el Ministerio de Ecología, coincidían ayer en afirmar que el oleoducto accidentado en Komi, construido en 1988, ha sufrido múltiples fisuras en los últimos años.
El portavoz del Ministerio de Ecología, Alexandr Shuvalov, indicó: "Lamentablemente, no hay garantíás de que algo semejante no vuelva a suceder". El ministro para situaciones de emergencia, Sergei Shoigu, calculó los daños en 20 millones de dólares, unos, 2.600 millones de pesetas.
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