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"El retrato es un reto a la pintura moderna", dice el pintor Alex Katz

El artista neoyorquino presenta en Madrid 12 sonrisas de mujer

El artista norteamericano Alex Katz, de 67 años, expone en Madrid (galería Marlborough; Orfila, 5; hasta el 26 de noviembre) una serie de 12 retratos de mujer realizados en los últimos dos años. El pintor opina que el retrato como género "es un reto a la pintura moderna" y propone en Smile (Sonrisa) "un trabajo principalmente óptico, como la sociedad en que vivimos". Frente a sus personajes, mujeres de su entorno, enseña una pintura dramática, "una percepción inmediata, conocimiento en una sola mirada", sin otras interpretaciones.

Ursula tuvo la culpa. No se gustó en un retrato de grupo y Alex Katz realizó un gran lienzo con Ursula smiles II Después completó una serie de 12 rostros sonrientes, con los que el artista vuelve a España en 1990 expuso en Madrid y Valencia-, aunque sus últimas obras son enormes lienzos con paisajes y personas vestidas con moda de diseño y fondos artificiales. En Madrid, cada sonrisa cuesta 15 millones de pesetas. "No me interesa la personalidad del modelo, sino el asunto de la apariencia, detenerse en el color de la piel, y, aunque se establecen diferentes relaciones, hay una homogeneidad entre los cuadros", declaró ayer el pintor. "La sonrisa es bastante complicada, es un gesto que representa un movimiento, distinto a la interpretacíón de una cámara que convierte una sonrisa en algo estático. La iluminación y la ausencia de detalles. facilita la percepción instantánea. Las variaciones entre las mujeres retratadas están en el pelo, el color de la piel y las sombras; son sonrisas diferentes".Alex Katz es un pintor figurativo y realista, pero "un marginal" respecto a escuelas y tendencias. "El realismo es un concepto muy variable; debe ser reinterpretado cada 20 años. Para mí la pintura del siglo XIX no es realista. Yo soy siempre realista, y un buen pintor muestra a la gente cómo ver las cosas. Me parece que la vanguardia murió hace uno o dos años y ha dejado lugar a un público mucho mejor, porque los pintores realistas nunca pueden conseguir una credencial de pleno derecho de las vanguardias".

Desde su primera exposición en Nueva York, en 1959, Katz ha vivido de cerca el expresionismo abstracto y el pop para situarse en un lugar estrictamente personal, "Nunca he estado en. un grupo. Si me identifican con el pop sería un mal pop. Recibí influencias del cine, de los carteles publicitarios y de las ilustraciones, pero siempre quise hacer, una pintura figurativa moderna. El pop se mueve más con signos, mientras que yo trabajo con símbolos". Katz dice que actúa por instinto, "pintar es un acto de fe", y la única cuestión intelectual que cree es la pintura.

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