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Paul Bowles: "Tal vez nunca más vuelva a escribir"

El escritor vuelve a Tánger tras ser operado de cáncer en EE UU

Paul Bowles (Nueva York, 1911) dejó ayer en Madrid dos noticias. Una buena: "Tengo un cáncer menos". Y otra malísima: "Tal vez nunca más vuelva a escribir". El escritor, operado en Atlanta de un cáncer en la cara, se paró en Madrid camino de Tánger, de donde apenas ha salido -hacía 26 años que no visitaba EE UU- desde que murió su mujer, Jane. Bowles, que además de cuentos y novelas escribe música, declaró: "Estoy demasiado cansado para recobrar la disciplina de escribir un libro".

Cinco horas en Madrid le dieron a Bowles ocasión de dormir un rato -"nunca consigo pegar ojo en el avión"-, charlar con sus amigos de lo malos que son algunos médicos de París -"el último que visité me dijo cuánto cobraba antes de preguntarme por el cáncer"- y recordar lo poco que le gustó la versión que hizo el realizador italiano Bernardo Bertolucci de su novela El cielo protector: "Sobre todo me disgustó el actor John Malkovich, quien durante una cena en Tánger me advirtió que no le había gustado la novela; así le salió el papel...". Aunque luego reconoció: "La película sirvió para que la novela se vendiera mucho más".Paul Bowles no tiene una línea sin publicar. Pero el director de la editorial Alfaguara, Juan Cruz, anunció ayer que la próxima primavera se publicará "un volumen de cuentos escogidos, en el que se incluirán sus mejores relatos de ficción". Cruz aprovechó la estancia en Madrid del escritor norteamericano para presentarle a Juan Jesús Armas Marcelo, autor reciente de un libro -Madrid: Distrito Federal- en el que precisamente Paul Bowles se convierte en protagonista.

El viejo escritor también habló de su obsesión por la música, y aunque en el ambiente estaba su determinación a "no trabajar más", el director de Alfaguara le avisó de que José Luis Gómez tenía la intención de montar Calígula y encargarle a él la música. Ahí surgió la sorpresa. Bowles desveló: "Ya tengo esa música, la escribí a partir de las observaciones de Albert Camus". La última vez que Paul Bowles visitó Madrid -en junio de 1993- fue precisamente para escuchar su música en el teatro María Guerrero.

A la una de la tarde Bowles se fue al aeropuerto. Allí seguía su ayudante: las autoridades no le habían dejado visitar Madrid; es marroquí y no tenía visado. Juntos regresaron por fin a Tánger, de donde sólo la enfermedad pudo sacarle: "Echo de menos mi cama".

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