Sanidad se ahorrará miles de millones sólo con comprar pañales y gasas a los fabricantes
Un decreto anulará la obligación de comprar ciertos productos en las farmacias
El control del gasto en la sanidad pública ha encontrado un nuevo apartado donde ahorrar. Se trata de los llamados efectos y accesorios y que no son otra cosa que los algodones, las gasas, las vendas, los esparadrapos y los pañales. El Sistema Nacional de Salud costea anualmente este tipo de productos con 10.000 millones de pesetas. El decreto que prepara el Ministerio de Sanidad consiste en liberar a estos artículos de la obligación de venderse en farmacias y ahorrar cada año "varios miles de millones de pesetas" al poder entregarlos directamente a los enfermos en la red sanitaria.
El pañal que usa un anciano con problemas de incontinencia recibe hoy en la sanidad pública el mismo tratamiento que un antibiótico. El médico expende una receta y el enfermo compra el producto en la farmacia. Así lo establece la orden ministerial vigente desde 1979. Según fuentes sanitarias, la subvención pública de este tipo de productos -completamente gratis para los pensionistas- le cuesta al sistema sanitario -Insalud y servicios regionales de salud- 10.000 millones de pesetas anuales.El decreto del Ministerio de Sanidad, que aún está en fase de estudio, pero que ya han podido revisar los consejeros de salud, es un segundo zarpazo a las oficinas de farmacia, que ya vieron reducido su margen comercial en un 2% a principios de año. Esta nueva medida arrebatará a las farmacias el monopolio de venta con receta de estos productos. En el Ministerio de Sanidad no quisieron ofrecer ayer más datos sobre el decreto, aunque sí admitieron que, con su entrada en vigor se puede hablar de un ahorro de "miles de millones de pesetas".
Mejores ofertas
El nuevo sistema ahorraría, en principio, el 30% del margen comercial que tienen las farmacias, es decir, 3.000 millones de pesetas. Pero, además, la red pública sanitaria podría conseguir, como gran cliente que es, ofertas más interesantes. Los proveedores accederían, según algunas fuentes, al sistema mediante concurso público.Los hospitales ya utilizan sus propios productos. Lo que e decreto establecerá es la entrega de este tipo de productos que no son medicamentos en régimen ambulatorio. Los usuarios de la sanidad pública se evitarán así incluso el paseo hasta la farmacia más cercana para adquirir el producto y, en ocasiones, incluso podría recibir el producto a domicilio, una posibilidad que también se está barajando.
El nuevo decreto regulará los efectos y accesorios y su financiación, estableciendo un nuevo sistema y nuevos porcentajes para dichos productos, entre los que también están los que también están los de uso más común en ambulatorios y hospitales, como los apósitos, los parches oculares, las bolsas de recogida de orina o algunas cánulas.
Pero la novedad más importante es la de poder "entregar en la red asistencial sanitaria -y socio-sanitaria"... "mediante orden facultativa de prescripción" los efectos y accesorios citados más arriba: algodones, gasas, vendas, esparadrapos y absorbentes para la incontinencia urinaria.
El borrador del decreto al que ha tenido acceso EL PAÍS establece las normas básicas que los fabricantes tendrán que respetar para que sus productos accedan al sistema de financiación pública. Tales normas deberán cumplirlas tanto los productos que se entreguen directamente en la red sanitaria como los que sigan vendiéndose en las farmacias.
Según dicho borrador, que puede sufrir aún muchas modificaciones antes de llegar al Consejo de Ministros, estos efectos y accesorios lucirán un precinto especial y deberán guardar los requisitos de calidad y especificación técnica requerido por la autoridad sanitaria. También establecerá los mecanismos necesarios para excluir cualquiera de estos productos del sistema de financiación, así como el sistema de vigilancia y control de los mismos.
El decreto, realizado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, fue debatido el pasado día 3 de octubre en el Consejo Interterritorial. En dicho consejo, además de la ministra, participan todos los consejeros de salud de las comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias sanitarias -Andalucía, Cataluña, Valencia, Galicia, País Vasco, Canarias y Navarra-.
Distinto margen comercial
El borrador del decreto, por tanto, está a la espera de los informes de estos consejeros de salud. Después tendrá que cumplir aún algunos trámites -pasar a Información Pública o por el Consejo de Estado- antes de llegar al Consejo de Ministros.Mientras tanto, la ministra de Sanidad baraja todavía otra posibilidad de recorte presupuestario. Según advirtió recientemente en Radio Nacional, Ángeles Amador no está conforme con el hecho de que el margen comercial de los productos farmacéuticos sea siempre el mismo. Para Amador, carece de lógica que el porcentaje sea igual -el 28%- para un producto que vale 2.000 pesetas que para que el vale 25.000. Su filosofía es la de que los medicamentos más caros deben tener un porcentaje menor de beneficios y los más baratos, mayor.
La medida más importante adoptada en este sentido, el Decreto de Financiación Selectiva del Medicamento aprobado en el verano de 1993, consiguió un avance importante: en ese año se redujo en un 7% el aumento del gasto farmacéutico del Sistema Nacional de Salud, que ese año se situó en un 8%, cuando el año anterior había supuesto un 15%.
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