El Ensamble Huelgas en vivo
El Ensamble Huelgas, que dirige Paul van Neven, nos demostró anteayer en la iglesia de los Jerónimos, hasta qué punto son relativos y mudables conceptos como el de lo minoritario, pues, el amplio templo estuvo abarrotado de público, con gran representación de jóvenes que, sentados en el suelo, siguió con pasión y aplaudió con entusiasmo las obras de Gombert y Brumel. Bien es verdad que el trabajo de los 12 cantores, dirigidos y animados por Neven, alcanza una perfección rayana en lo excesivo, pues, a veces, la expresión parece estatificarse.Nicolás Gombert (nacido hacia 1500 y muerto, aproximadamente, en 1557), fue discípulo de Josquin Desprez y perteneció a la capilla flamenca de Carlos I, cómo chantre del emperador y, más tarde, como maestro.
Huelgas and Ensamble
Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. Director: P. v. Neven. Obras de Gombert y Brumel. Iglesia de San Jerónimo el Real, Madrid, 7 de octubre.
En tal condición viajó a España y de ahí se deriva la difundida teoría de su gran influencia sobre nuestros compositores, muy especialmente, Cristóbal de Morales, contemporáneo del flamenco.
Samuel Rubio se encargó de estudiar la inexactitud de semejante relación; todo se reduce al empleo de rasgos y procedimientos técnicos y estilísticos propios de la época. En todo caso, la proximidad de las escuelas polifónicas flamenca y española es evidente a lo largo de una cuantiosa obra plena de belleza, profundidad y transparencia; sin duda, en el sevillano Morales, todo adquiere cierto sentido patético, más humano y menos glorificante que en Gombert, lo que se convertirá en el inmenso Tomás Luis de Victoria en dramática y gestual imaginería transmisora de un misticismo humanista que el musicólogo francés Henri Collet estudió largamente en lo que fue su tesis y se convirtió en grueso e importante volumen.
Efectivo
De todas maneras, con Gombert estamos en el mismo ámbito de Morales e incluso de Juan de Ancheta, nacido hacia 1460 como Brumel, y que fuera cantor de Isabel la Católica y enseñante del infante don Juan. En Antoine Brumel, el binomio franco-flamenco se hace extraordinariamente efectivo, gracias a un decorativismo que no atenta contra la espléndida traza de obras como la misa Et ecce terre Motus, cuyo plan polifónico, a 12 voces, fue asumido por los cantores de Huelgas a razón de uno solo por cada parte. Hay en Brumel una tendencia natural a combinar una polifonía circular y menos progresiva de la de Gombert, con valores armónicos y el resultado alcanza gran belleza aun cuando quizá no acceda a la potencia trascendente del Agnus De¡ de la Misa tempore paschali, la gracia severa de Ge prens congie o la comunicatividad del motete a seis voces, Media vita, que fueron las páginas de Gombert escogidas por los cantores de Huelgas para su actuación madrileña.Tuvo el maestro Van Neven un acierto al situar a sus cantores. en el centro de la nave principal de Los Jerónimos; allí no existen resonancias excesivas, sino la justa y necesaria reververación para que la música circule y nos llegue con plenitud sonora y claridad del tejido polifónico, en ocasiones sumamente complejo. Y aún merecería especial gratitud el hecho de que Neven adoptara para su grupo, que lleva en triunfo por el mundo y con el que acapara premios discográficos, el nombre de Huelgas. Alude, desde él, al códice burgalés en el que se recogieron formas musicales de los siglos XIII y XIV, o sea, expresiones del Ars antiqua, incluidas algunas de primitiva polifonía.
Música pretérita
Esta gran música pretérita, que hace sólo unas décadas era patrimonio de eruditos y musicólogos, adquiere hoy, gracias al trabajo de quienes,. como Neven, juntan estudio y música práctica, una enorme vigencia que, desde hace años -y no sólo ahora-, actualiza el canto gregoriano y el ambrosiano. Un concierto como el que ofreció el pasado viernes la Emsamble Huelgas los Jerónimos de Madrid enriquece el sentido y la significación del Festival de Otoño que, al mismo tiempo, se ocupa de Messiaen o de Halffter.
Babelia
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