Serbia lanza las campanas al vuelo tras la suavización del embargo internacional
Belgrado recibió ayer una inyección de optimismo con la suspensión, a prueba, de algunas de las sanciones decretadas hace 28 meses por la ONU contra Serbia y Montenegro por su papel en la guerra de Bosnia. Los medios oficiales quieren ver en esta simbólica medida el principio del fin del aislamiento serbio y un progresivo retorno a las relaciones normales con el resto de los países europeos. El entusiasmo es especialmente patente en los medios informativos, que lanzan las campanas al vuelo proclamando una nueva era.
El primer ministro serbio, Mirko Marjanovic, ha pedido que las Naciones Unidas vayan mucho más allá y levanten por entero el bloqueo comercial que mantiene contra su país. El gobernador del Banco Nacional de Yugoslavia, Dragoslav Abramovic, considera especialmente importante que acaben los controles a la exportación. Abramovic es el padre de un draconiano plan de estabilización, cuya medida más espectacular es la paridad entre el nuevo dinar yugoslavo y el marco alemán, que permite a Serbia y Montenegro mantener el resuello a pesar del embargo.La reapertura del aeropuerto de Belgrado, cerrado a los vuelos exteriores desde junio de 1992, es el más llamativo de los premios de la ONU al régimen autoritario de Slobodan Milosevic. El presidente serbio ha aceptado el plan internacional de paz para Bosnia y, según los observadores de las Naciones Unidas, ha clausurado efectivamente sus fronteras a quienes lo rechazan, los ultranacionalistas serbobosnios de Radovan Karadzic, a quienes hasta hace unas semanas Milosevic ha sostenido política, económica y militarmente.
La llegada ayer a Belgrado de un vuelo de Aeroflot procedente de Moscú que traía al negociador especial de Borís Yelstin para la antigua Yugoslaviá, Vitali Churkin, se convirtió en todo un símbolo de lo que Serbia espera ahora de la comunidad internacional. La compañía de bandera JAT asegura haber vendido los billetes para un vuelo inaugural hoy a la capital rusa y otro a Atenas el sábado. En las oficinas de Lufthansa, exultantes empleadas de la línea alemana informaban de que el primer vuelo Belgrado-Francfort en casi dos años y medio despegará de la capital serbia a las doce y media del viernes. "Vengo al aeropuerto por primera vez en más de un año", dice un taxista.
Actividades deportivas
Serbia y Montenegro pueden desde ayer y durante los 100 días de prueba aprobados por el Consejo de Seguridad participar en acontecimientos internacionales culturales y deportivos y están enlazadas por transbordador con el puerto italiano de Bar¡. Pero permanece la espina dorsal de las sanciones decretadas en 1992 por las Naciones Unidas: un bloqueo comercial más o menos estricto.Aunque apenas perceptible en Belgrado, los expertos aseguran que el embargo ha puesto de rodillas a la economía serbia y temen que en cuestión de meses haga agua el plan de estabilización puesto en marcha en enero. El nivel de vida de la población ha caído en dos tercios con relación a 1991.
Los nacionalistas serbios de Bosnia aceptaron ayer permitir el tránsito aéreo hacia el aeropuerto de Sarajevo a partir de hoy a los vuelos de ayuda humanitaria, según anunció ayer en Pale, sede del Parlamento de la autoproclamada república serbia de Bosnia, Yasushi Akashi, el enviado especial de la ONU para la antigua Yugoslavia. Se rompe así el aislamiento total que han padecido los cerca de 300.000 habitantes de Sarajevo durante los últimos 12 días. Además, ayer se registró en la ciudad el mayor intercambio de prisioneros desde el principio de la guerra.
Más información en la página 45
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