Súbita conversión a la democracia del líder de la ultraderecha
En una esperpéntica intervención, protegido por decenas de los mismos soldados estadounidenses que asaltaron el lunes su sede, Émilian Constant, líder del Frente para el Avance y el Progreso de Haití (FRAPH), la extrema derecha ligada al aparato represor del régimen militar, aceptó ayer el regreso del presidente legítimo, Jean-Bertrand Aristide. "¡No más violencia!", exclamó. "Pido a todos los fraphs que se integren en el proceso democrático". A una docena de metros, tras unas alambradas protegidas por la tropa norteamericana, miles de seguidores de Aristide, gritaban: "Constant, asesino"; "Constant, a la cárcel". "Todos tenemos el derecho de participar en la reconstrucción de Haití. Aristide tendrá todo nuestro apoyo desde una leal oposición dentro del marco democrático. Hay que deponer las piedras, los palos, las pistolas y construir el país", dijo el líder del FRAPH, quien reclamó :seguridad para él y los. suyos. "El FRAPH no tiene armas", afirmó, contradiciendo todas las evidencias. Negó haber pactado este discurso. a cambio de su libertad.. "No me he vendido a los norteamericanos; soy un patriota". "No temo a la muerte", afirmó minutos antes de que su coche se esfumara, entre golpes de los seguidores de Aristide, por las calles de Puerto Príncipe. Para la Embajada de Estados Unidos, las palabras del líder del FRAPH "son un gran paso para la normalización de Haití".
Detenciones
Pero la normalización está, de momento, en manos de las tropas estadounidenses. Los soldados norteamericanos se hicieron el lunes, en las diversas acciones llevadas a cabo en Puerto Príncipe y Cabo Haitiano, con un número no determinado de pistolas y revólveres, además de 200 fusiles M-1, tres lanzagranadas y abundante munición.Una de estas acciones tuvo lugar en la noche del lunes en el cementerio de Petion Ville, donde los soldados estadounidenses descubrieron un féretro que en vez de muerto transportaba armas y balas.
El mando norteamericano reconoce haber detenido el lunes a 140 personas, muchas de los cuales fueron puestas en libertad poco después sin cargo alguno. El número exacto de los que permanecen aún bajo custodia militar no ha sido revelado. Tampoco cuántos de los capturados tienen pasaporte estadounidense, ni si se les va a juzgar en Estados Unidos. Uno de estos casos es el de Romero Alloun, jefe de seguridad de Cédras. "La ley dice que cuando un ciudadano estadounidense se enrola en un. Ejército extranjero pierde la nacionalidad automáticamente", dijo Schrager. Sin embargo, ése no es el caso de Alloun, pues no es militar en el Ejército de Haití; sólo es uno de los jefes del sistema represivo haitiano, y responsable de los ninjas, la guardia personal de Cédras. La dificultosa huida de Michel François va a facilitar la reforma de la policía que se propone conducir Estados Unidos.
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