El señor Nicomedes y la LAU
En contestación a la carta del señor Federico Lubillo publicada el 24 de septiembre, debo decir que Nicomedes hay en ambos lados (arrendatarios y arrendadores). Hay innumerables propietarios jubilados que en sus años de actividad laboral invirtieron sus ahorros en inmuebles de alquiler, pensando que sería un buen refugio económico para su vejez, y mire por dónde el intervencionismo del Estado en materia de alquiler ha hecho que sea todo lo contrario.A su amigo Nicomedes dígale que no ha de temer nada con el anteproyecto de LAU, porque la renta de su piso continuará siendo simbólica, y sus hijos menores de 25 años o mayores de 65 y su esposa podrán continuar en la vivienda a su fallecimiento y sin pagar una peseta, cosa que no les ocurre a los herederos del arrendador (impuesto de sucesiones, plusvalías, etcétera). Creo que en el fondo de su corazón su amigo Nicomedes debe estar muy agradecido a su casero, que durante toda su vida le ha proporcionado una vivienda digna a la que, desde luego, tiene derecho, pero no a costa de la propiedad privada, sino del Estado en caso de no tener medios económicos.
Porque si el derecho a la vivienda digna está reconocido en la Constitución, lo mismo ocurre con la educación, sanidad..., y a nadie se le ocurre pensar que de esto tengan que hacerse cargo los profesores o los médicos de una forma gratuita. Usted dice que cientos de miles de arrendatarios sienten tristeza, desilusión, desengaño, etcétera. Pues mire, exactamente lo mismo les ocurre a los caseros, y encima se sienten estafados e indefensos- Vicesecretaria de la Asociación de Propietarios de Cataluña. Barcelona.
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