El Gobierno rechaza las recetas del FMI sobre pensiones por "falsas" y "fundamentalistas"

El Gobierno español ha acogido con indignación los consejos de los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se recorten las pensiones públicas y para que se aplique el despido libre y más flexibilidad laboral. Los máximos responsables de Trabajo creen que, están basados en datos falsos y en un 'fundamentalismo financiero". El ministro José Antonio Griñán, tras recordar ayer que él es socialdemócrata, afirmó que "es vergonzante y falso" presentar unas recetas como "científicas cuando están basadas en posiciones estrictamente ideológicas" que calificó de "ultraliberales". Y el secretario general de Empleo, Marcos Peña, contestaba a los expertos del FMI con esta dura acusación: "Los ataques que estamos escuchando respecto al régimen público de pensiones o a las prestaciones de desempleo creo que ya nos obligan a decir: '¡Basta!'. No es tolerable que se venga a criticar nuestro sistema público de pensiones, invitados, por ejemplo, por una compañía de fondos privados de pensiones. Creo que se está rebasando el límite de la honestidad intelectual".Además del rechazo ideológico, Griñán dio estos argumentos técnicos para rebatir que el sistema de pensiones español es "insostenible": "El sistema de Seguridad Social está absolutamente equilibrado", "nuestro gasto en pensiones está por debajo de la media de la Unión Europea", "somos de las poblaciones más jóvenes de Europa" y "hemos consolidado el sistema público ganando más de 10 millones de cotizantes ocupados en los últimos diez años".

El ministro hizo esas afirmaciones ayer, en la presentación de los presupuestos de la Seguridad Social para 1995. Los expertos del FMI le habían dado motivos suficientes el día anterior para que en la reunión con la prensa José Antonio Griñán hablase mucho de solidaridad y poco de números.

"Estos presupuestos son la expresión contable de la solidaridad", "la decisión del Gobierno es continuar compensando las desigualdades sociales", "mantendremos un modelo de reparto que se basa en la solidaridad de quienes trabajamos con quienes no pueden hacerlo", "no aceptamos los argumentos de quienes en aras de una ortodoxia económica están queriendo decir: si queremos vivir mejor que las clases bajas vivan peor", afirmó el ministro de Trabajo, quien también hizo esta velada alusión preelectoral: "Estoy seguro de que los españoles no van a renunciar a este modelo".