El jefe del Ejecutivo considera "de poca trascendencia" el conflicto andaluz
El presidente del Gobierno, Felipe González, considera que la tensión existente en el seno del PSOE en Andalucía es un problema menor, de mera gestión interna, que no afecta ni afectará a la estabilidad del partido ni a la política del Gobierno. En una entrevista publicada ayer por el diario La Vanguardia, Felipe González afirma al respecto que el problema andaluz se reduce a una o dos provincias y tiene un alcance limitado: "Tiene poca trascendencia para el proyecto político que representamos", asegura.Y añade que, en la medida en que "no hay una mayoría y una minoría configuradas sobre la base de alternativas políticas diferentes", el problema "no se traduce en inestabilidad para el proyecto del Gobierno".
El presidente del Gobierno, que admite que sus actuales relaciones con el vicesecretario general del partido, Alfonso Guerra, son complejas -"como compleja es la vida", matiza-, no considera que el número dos del PSOE tenga la intención de encabezar una tendencia organizada en el seno del partido. "El debate interno tiene otras connotaciones, que superaremos, pero que no son las propias de un juego de alternativas", manifiesta.
Sintonía con Pujol
Si difíciles son las relaciones con Alfonso Guerra, las que mantiene con el presidente de la Generalitat y líder de Convergéncia i Unió, Jordi Pujol, son ahora, en cambio, más fluidas que años atrás. "Mi relación [con Pujol] desde el punto de vista personal ha mejorado mucho", afirma Felipe González.
Un motivo de satisfacción que el presidente del Gobierno extiende a la colaboración entre el PSOE y Convergencia i Unió: "Ha dado estabilidad a la acción del Gobierno", subraya en sus declaraciones, y ha demostrado que "se puede incorporar al nacionalismo moderado a una política de Estado". Y ello, haciendo compatibles los respectivos programas.
A juicio de Felipe González, el reciente debate sobre el Estado de las autonomías celebrado en el Senado ha servido, entre otras cosas, para dejar claro que Convergéncia i Unió "tiene una visión de Estado y quiere proyectarla en una acción política".
"El debate ha sido extraordinariamente positivo, ha ayudado mucho a comprender la realidad de unos y de otros", añade el presidente del Gobierno, que se muestra partidario de institucionalizar la presencia activa de las comunidades autónomas en la política general del Estado. "La gran decisión de reformar el Senado va en esa dirección", concluye el jefe del Ejecutivo.
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