EE UU, listo para sancionar a Japón si no abre sus mercados a la un importación
Estados Unidos y Japón agotaban ayer, con un maratón de reuniones, sus esfuerzos por evitar una guerra comercial. El plazo para que lleguen a un acuerdo que permita la apertura de los mercados nipones a los productos norteamericanos vencía a la medianoche del viernes, hora de Washington (cinco de la madrugada del sábado, hora peninsular española). Si para entonces no se había alcanzado un compromiso, EE UU tenía previsto anunciar hoy mismo un conjunto de sanciones contra distintos sectores exportadores de Japón.
En esta clase de negociaciones se suele aguantar hasta el último minuto antes de entregar una concesión, por lo que el hecho de que todavía no hubiera un acuerdo a la hora de cerrar esta edición no descarta que se pudiera conseguir in extremis, a última hora de la noche. Poco antes de las últimas conversaciones, la portavoz de la Casa Blanca, Dee Dee Myers, insistió en que el presidente Bill Clinton estaba "listo para pasar a la acción" si el diálogo fracasaba. Pero varios observadores confiaban en que algún tipo de acuerdo, aunque fuese parcial, cabía esperarse como fruto de esta tensa negociación.Por parte japonesa, las conversaciones eran conducidas por el ministro de Relaciones Exteriores, Yohei Kono, y el ministro de Comercio, Ryutaro Hashimoto. El duro representante de Comercio norteamericano, Mickey Kantor, se encargaba de defender las posiciones de su país. [Japón intentará solucionar la disputa a través del GATT o el organismo que le suceda si Estados Unidos decide finalmente imponer sanciones, según advirtió en Tokio el Hashimoto antes de partir hacia Washington, informa Efe. Hashimoto advirtió que Tokio se mantendrá firme en defensa de sus posturas.]
El debate se centra en tres sectores: automóviles y repuestos, seguros y adquisiciones públicas, fundamentalmente de telecomunicaciones, y productos médicos. Washington quiere introducir alguna forma de control númerico que pruebe objetivamente que el mercado japonés se abre.
En la medianoche pasada vencían dos plazos diferentes. Uno afecta exclusivamente al sector de adquisiciones públicas. Si no se llega a un acuerdo, el Gobierno norteamericano anunciará, una serie de sanciones contra determinados productos japoneses. Esas sanciones entrarán en vigor dentro de 30 días.
El otro plazo es el que se refiere a la normativa Súper 301. Si no hay acuerdo, la Administración de EE UU publicará una lista que enumera de forma concreta las barreras que encuentran sus productos en el mercado japonés. Una negociación posterior se abriría, ya de forma particular sobre esas barreras específicas. Las sanciones, de acuerdo a la ley Súper 301, más graves porque son de más amplio espectro, no entrarían en vigor hasta dentro de año y medio.
El embrollo del GATT
Evitar las sanciones a Japón no es el único conflicto comercial que afronta estos días la Administración norteamericana. La Casa Blanca y los líderes del Congreso buscan maniobras reglamentarias que permitan la ratificación del GATT en el Capitolio este año, pese a los obstáculos presentados por el senador Ernest Hollings, que se niega a presentar el acuerdo a votación antes de que finalice -el próximo 7 de octubre- el periodo legislativo de 1994.Una de las posibilidades es la de convocar extraordinariamente al Congreso a finales del mes de noviembre exclusivamente para discutir el GATT. Esa alternativa, posible pero no utilizada desde hace 12 años, plantea algunas dificultades porque las elecciones legislativas del próximo 8 de noviembre, en las que se esperan importantes avances de la oposición republicana, pueden crear un nuevo panorama político en el país. El líder de la mayoría demócrata, George Mitchell, sugirió ayer que la Cámara Alta sea convocada el 30 de noviembre, con lo que el tratado se podría votar el 1 de diciembre.
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