Conjunción catastrófica
El naufragio del Estonia se debió al encadenamiento de varios hechos adversos; uno meteorológico, la confluencia de dos familias de altas y bajas presiones, que provocó vientos de hasta 100 kilómetros a la hora y olas de entre 8 y 10 metros de altura; otro de tipo técnico, que se conoce en jerga náutica como destrincado del portalón de popa. La hora en la que el naufragio sobrevino, al filo de la medianoche, y la temperatura de las aguas, calculada a esa hora en unos cuatro grados, agravaron el alcance del desastre, según informaron fuentes de la marina mercante a EL PAÍS.El destrincado se produce a consecuencia de lo que se conoce como un pantocazo, un golpe de mar, que rompió el cierre hidráulico del acceso posterior que mantenía herméticamente sellada la entrada trasera del buque. Con mucha mayor facilidad si, como denuncian las autoridades suecas, el cierre dejaba que desear. Al romperse el trincado del portalón, la masa de agua que penetra en el buque forma cuñas que se adensan en las zonas bajas del navío ocupadas por el garaje. Estas cuñas producen una escora enorme que rompe posteriormente las trincas (ataduras metálicas que sujetan los vehículos transportados) y sobreviene súbitamente un corrimiento de carga de la nave que causa su hundimiento en unos quince minutos.
Cuando se produce un episodio de este tipo, el capitán del buque emite un mensaje de socorro. La ayuda urgente al navío accidentado tiene preferencia sobre cualquier otra eventualidad marinera.
El buque hundido tenía capacidad para albergar 2.000 pasajeros y casi dos centenares de tripulantes. Estaba dotado de equipo médico propio. Al mando de un capitán, contaba con tres oficiales de puente, otros tres de máquinas y al menos dos radiotelegrafistas. Anteriormente, el navío se llamó Viking Sally y, después, Wasa King. Fue construido hace 14 años en los astilleros alemanes Meyer Werst de PapeNburg. En el momento de su naufragio transportaba 28 camiones con remolque, dos autobuses, tres caravanas y decenas de automóviles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.