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Crítica:CINE: 'GERMINAL'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La tragedia de la mina

Tras realizar casi una decena de películas con una gran carga autobiográfica, el director, guionista y productor francés Claude Berri cada vez se siente más interesado por las grandes producciones europeas de época basadas en clásicos de la literatura. Debido a ello produce Tess (1979), de Roman Polanski, sobre la novela de Thomas Hardy, y Valmont (1989), de Milos Forman, sobre la novela de Choderlos de Laclos.La crisis económica generada a principios de la década- de los noventa y la forma en que- incide en la minería europea le hace recordar Germinal, la novela que Emile Zola publicó en 1884, y convertirla en su más ambicioso e importante trabajo. Realizada en coproducción entre Francia, Bélgica e Italia, se trata de una de esas grandes producciones europeas que los franceses impulsan con cierta frecuencia, pero con la notable diferencia de que no está hablada en inglés sino en francés.

Germinal

Director: Claude Berri. Guionistas: Claude Berri, Arlette Langmann.Fotografía: Yves Angelo. Música: Jean-Louis Roques. Francia, Bélgica, Italia, 1993. Intérpretes: Renaud, Gerard Depardieu, Miou Miou, Jean Carmet, Judith Henry, Laurent Terzieff. Estreno en Madrid: Alphaville, Arlequín, Palafox.

Dividida en tres partes, una presentación de los personajes y la situación, el desarrollo de la huelga propiamente dicha y las trágicas e inesperadas consecuencias que trae para la mayoría de los implicados en ella, Germinal es un gran frasco sobre la situación de la minería europea durante el Segundo Imperio realizado con tantos medios como pasión por Claude Berri.

Dejando al margen un subrayado maniqueísmo y un naturalismo que puede parecer excesivo en la última parte, Germinal muestra la visión de un conflicto obrero a través de la triple mirada del advenedizo Etienne Lantier, que llega a comprometerse con la lucha socialista, el generoso Toussaint Maheu, hijo y padre de mineros, y el anarquista Suvarine. Encarnados, respectivamente, por Renaud, Gerard Depardieu y Laurent Terzieff, constituyen el triple punto de apoyo sobre el que se asienta la historia.

Todavía más de lo que ocurre en la novela, el esperanzador final de la película se separa en exceso de la negrura y el pesimismo que destila la narración. Mientras la cámara se eleva en una tradicional grúa, el sol sale y el protagonista Etienne Lantier se aleja hacia un incierto futuro, mientras una voz de fondo lee el final de Germinal, justificativo de su emblemático título: "Los hombres empujaban y un ejército negro, vindicador, que germinaba lentamente en los surcos, se aprestaba para redondear las cosechas del siglo futuro y cuya germinación pronto haría estallar la tierra".

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