Haití: el fantasma somalí

Toda intervención militar engendra su propia dinámica, que disloca a menudo las previsiones estratégicas. De nuevo, Estados Unidos vuelve a descubrir esta vieja evidencia a su costa. ( ... ) El nerviosismo de un marine acarreó el 24 de septiembre la muerte de 10 policías locales. ( ... ) El hecho de que ningún soldado norteamericano haya perecido durante el incidente, reduce por supuesto, la gravedad del suceso a los ojos de una administración y de una población obsesionada por el imperativo militar de cero muertos. Esto no impide que el fantasma somalí atormente cada vez más los espíritus. Para la mayoría de los congresistas y de los norteamericanos, ya es tiempo de aclarar la misión de los marines y de establecer ( ... ) la fecha en la que deberían haber tomado las de Villadiego. Esto supone que Estados Unidos no debe, poco a poco, apartarse de su objetivo inicial: desalojar la junta haitiana y sacar adelante al presidente Jean-Bertrand Aristide. En Washington se dice que sí, que se debe permitir además garantizar el paso de la dictadura a un Estado de derecho. ( ... ) Las próximas semanas exigen, por tanto, al mando norteamericano una gran vigilancia. Los milicianos y otros agregados, servidores de la junta, podrían sucumbir a la tentación de una escalada de violencia sangrienta. La mayoría de los haitianos, simpatizantes de Aristide, reprimirán cada vez peor su impaciencia. ( ... ) Es del interés de EE UU que esto llegue a su fin rápidamente. , 27 de septiembre