La Comunidad fija en un mes el reinicio de las obras en las 800 viviendas de PSV en Madrid Sur

La Consejería de Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid anunció ayer el reinicio, inmediato de las obras en las ocho parcelas que la cooperativa ugetista PSV dejó paralizadas hace casi dos años en Madrid Sur cuando se precipitó hacia su quiebra. Esas promociones -que contabilizan 800 viviendas- se segregarán en ocho cooperativas distintas, con el permiso de todas las partes implicadas en el conflicto. Los trabajos podrían retomarse en un mes y terminarse en plazos que oscilarían, según su estado actual de construcción, entre cuatro meses y un año.

El viceconsejero de Ordenación del Territorio, Oswaldo Román, explicó en la mañana de ayer, durante una visita a Madrid Sur para comprobar su estado, que acababa de conversar con el presidente de PSV, Valeriano Gómez, y que éste le había comunicado la noticia de la segregación en ocho cooperativas distintas de las ocho promociones que hasta ahora mantenía PSV en Madrid Sur. Todo ello con el permiso del interventor judicial. Estas viviendas están, además, en una fase de construcción muy avanzada, con algunos bloques a apenas semanas de su terminación. Otros inmuebles de PSV, sin embargo, tienen levantada tan sólo la estructura y completarlos podría significar otro año más de trabajos.Esas ocho parcelas de PSV -en todas ellas están pagadas incluso las licencias del suelo son prácticamente las últimas que faltan por acabar en Madrid Sur, pero ni mucho menos las últimas por habitar. En este barrio del nuevo ensanche de Vallecas, que cuando se ocupe al completo registrará un censo superior a las 24.000 personas, muy pocos de sus 6.000 pisos tienen cortinas. Sólo unos 1.800.

Carencia de 'híper' e iglesia

En las calles se echan en falta las cabinas -Telefónica todavía no ha reaccionado a las comunicaciones enviadas sobre las necesidades del barrio-, tiendas y la presencia de agentes de seguridad. Los vecinos esperaban ayer en cola ante la puerta de la única panadería.

Luis Pérez, el presidente de la Cooperativa del Conde, se queja sobre todo de la carencia de la comisaría. En los últimos meses patrullan coches policiales y agentes a pie, pero los vecinos quieren más. Pérez ilustra gráficamente estas reivindicaciones: "Todo esto es muy bonito y estoy encantado de vivir aquí. Es más, le pondría un 9 de nota, pero, claro, si tengo que vivir encarcelado entre rejas ya no es lo mismo, y cualquier día hay un incendio y no puedo escapar con tanta reja".

El barrio del cine de Vallecas -las calles tienen todas nombres relacionados con el séptimo arte: Mogambo, La Violetera, Cenicienta, Paco Martínez Soria...- tampoco tiene todavía ambulatorio o polideportivo. Estas instalaciones fueron prometidas por el Ayuntamiento, que es ya desde hace un año la Administración que se hace cargo de la conservación de Madrid Sur. Colegios sobran, aunque el éxito lo acaparan sobre todo los privados.

Madrid Sur dispone de un apeadero de cercanías en su zona cercana a la avenida de Entrevías, pero tiene previsto otro en la lado norte, junto a la M-40. La carencia de tiendas y comercios en los bajos de las calles -hay unos 100 locales vacíos- es especialmente grave por los problemas surgidos entre los concesionarios del gran centro comercial programado al final de la avenida de Pablo Neruda: 70.000 metros cuadrados, una superficie como tres cuartas partes de La Vaguada, que contendrá un híper de la firma Eroski, 100 comercios y hasta cuatro salas de cine. Las divergencias entre los comerciantes de Vallecas y Eroski están ya solventadas y el proyecto de ejecución en marcha.

Frente al futuro centro comercial se encuentra el solar que albergará la nueva Asamblea de Madrid. Los vecinos están a favor de que se traslade a esta parcela el Parlamento regional porque piensan que con ello aumentará la seguridad en la zona.

Los habitantes de Madrid Sur quieren todo lo que ayude a formar su barrio, y por eso reclaman una solución al conflicto que les mantiene sin misa los domingos. El solar para la iglesia está planeado, pero en este caso el escollo lo tienen que solventar las monjas propietarias del colegio situado en esa parcela y el responsable del obispado para levantar el templo.

El viceconsejero de Ordenación del Territorio, Oswaldo Román, enfatizó sobre este modelo el contrasentido que según su criterio significa la posición municipal de querer crear seis nuevos barrios con 72.000 viviendas de precio libre: "Si aquí, para hacer 6.000 viviendas de precio social, hemos estado todos de acuerdo y hemos tardado 10 años, ¿cómo puede ser posible que alguien proponga construir una ciudad para más de diez veces este barrio?".