Cédras podrá presentarse a los comicios de 1995
El general Raoul Cédras, de villano a "excelente colaborador" en menos de una semana, podría tener un papel mucho más importante de lo que se preveía en el futuro de Haití. No sólo no va a abandonar el país, sino que se ha convertido en el hombre que está garantizando el despliegue pacífico de la ocupación estadounidense. Desde su posición de "retiro con honor" pactado con e ex presidente Carter, podría presentarse con garantías de éxito a las elecciones presidenciales de 1995, a las que, por imperativo constitucional, no podrá presentarse Aristide.El pasado jueves por la noche, en el mensaje que anunciaba la inminente invasión, el presidente Clinton hablaba de Cédras y sus hombres como gánsteres que habían impuesto el terror y les hacía responsables "de todo este sufrimiento y de la terrible tragedia humana". Pero el lunes por la mañana, el ex presidente Carter, después de las intensas y dramáticas jornadas en Puerto Príncipe, dijo a los líderes del Congreso a los que explicaba el acuerdo, en presencia de Clinton, que en realidad, Cédras no era un dictador y que no sólo no había dirigido el golpe contra Aristide, sino que le había salvado la vida. Clinton aceptó este nuevo modelo de Cédras.
El general John Shalikashvili, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, hablaba ayer desde Washington de la "excelente colaboración" del hombre fuerte de Haití y señalaba que los militares y policías haitianos están trabajando "en perfecta sincronía" con las tropas de ocupación.
Charles David, ministro de Exteriores de Haití, dijo ayer a la cadena de televisión ABC que "de ninguna manera" el líder de las Fuerzas Armadas de Haití abandonará el país después del 15 de octubre.
Con su pasado legalmente limpio por la amnistía que votará el Parlamento podrá concurrir a las elecciones.
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