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AMENAZAS AL SECTOR VITIVINÍCOLA

El arranque de viñas se subvencionará con un millón de pesetas por hectárea

V. M., Arrancar cepas en España ha sido un buen negocio durante los últimos años para muchos propietarios generalmente no profesionales de la agricultura y para otros a punto de la jubilación a razón de una media de unas 400.000 pesetas por hectárea. Arrancar esas mismas cepas podría ser todavía mucho mayor negocio (unas 700.000 pesetas), a partir de la reforma de la Organización Común del Mercado del vino planteada en este momento por la Unión Europea y que podría reportar por cada hectárea la nada despreciable cifra de un millón de pesetas. Sólamente en el último año, Bruselas pagó por arranques cerca de 30.000 millones de pesetas.

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Una lista de agravios

Pero, lo que puede ser bueno para quienes solamente piensan en hacer efectivo en metálico su patrimonio productivo y para los que únicamente contemplan en su horizonte el abandono, no es positivo sin embargo para el conjunto del sector, para los pro fesionales de la agricultura, para el medio ambiente y la ecología y, en definitiva, para el mantenimiento de los actuales niveles de vida y empleo en amplias zonas del país donde la vid es una de las bases de su actividad. Ésta es la razón por la cual los responsables de la Administra ción española central y autonómica y los representantes del sector han hecho una pina y han planteado una ofensiva global conjunta ante la Unión Europea para evitar que a corto plazo se pueda aplicar una reforma por la que en España deberían arrancarse unas 340.000 hectáreas en un plazo de seis años.La Administración española se ha opuesto tradicionalmente al arranque indiscriminado de viñedos. Antes del ingreso en la Unión Europea, la política de ayudas se destinaba únicamente a levantar las tierras con plantas de baja calidad. Si se toman como referencia incluso cifras de superficies desde finales de los años setenta, España habría reducido solamente sus tierras de viñedo un 15,3% frente a las reducciones del 25% o 26% habidas en el mismo periodo en Francia e Italia respectivamente.

En previsión de una intensificación de la política de arranques por la atracción de los fondos comunitarios, Carlos Romero como ministro de Agricultura se resistió hasta donde pudo para retrasar la aplicación de esa normátiva en España. Sin embargo, al final se impusieron directrices comunitarias se generalizó la aplicaión de las primas por arranque de viñedos que han dejado miles de hectárcas abandonadas en zonas como Castilla La Mancha.

Tomando como referencia los últimos cinco años hasta 1993, tal como se temía, la cuantía de la ayudas comunitarias ha hecho que España se haya convertido en el primer país en arranques de viñedos con 130.000 hectáreas, lo que supone el 40,5% de todas las viñas eliminadas en el conjunto de la Unión Europea. Se trata además- una política de arranques preocupante que ha tenido un desarrollo espectacular a medida que se ha ido conociendo en el campo la cuantía de los apoyos comunitarios.

El 40,5% de la UE

En la campaña 1988/89, de las 56.000 hectáreas arrancadas en toda la Unión Europea, España había levantado 10.300 hectáreas que representaban el 18,5% del total. Dos años más tarde, en la campaña 1990/91 España ya había arrancado 17.400 de las 53.000 hectáreas levantadas en toda la Unión Europea. En los dos últimos años, el salto ha sido espectacular con un arranque en 1992/93 de 47.000 hectáreas frente a unos arranques globales en toda la Unión de 91.000 hectáreas.

En las últimas cinco campañas, se han arrancado en toda la Unión Europea 320.000 hectáreas de las que 130.000 correspondieron a España, 91.000 a Italia, 71.000 a Francia y 23.000 a Grecia.

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