La nueva familia numerosa española
Los matrimonios con más de cuatro hijos han descendido de 152.000 a 88.000 en cinco años
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística son como una radiografía de la evolución de la familia española durante medio siglo. Hoy, conviven las últimas de 10 hijos del franquismo con las de cuatro del desarrollo, ampliamente superadas por la parejita de la crisis y el despertar laboral de la mujer. De los 10 millones de matrimonios con descendencia censados en España algo más de dos millones tienen un hijo; casi cuatro, tienen dos y los de tres superan algo los dos millones. A partir de ahí se sitúa no más del 10% restante. Aún quedan 14.000 familias con sobresaliente, es decir con más de 12 vástagos que alimentar.Este es el panorama. Si las familias de tres hijos no son todavía numerosas ¿quienes lo son?. En reconocerlo está el ministerio de Asuntos Sociales con ayudas que, lejos de constituir un incentivo a la natalidad pretenden solo mejorar las condiciones de vida familiar. "Lo que van a hacer es ayudar a los convencidos", opina la demógrafa Ana Cabré.
De las 152.000 familias numerosas con carné que había en España en 1988 se ha pasado a 88.000 en 1993. Es verdad que no están todas las que son, porque, según algunos matrimonios, los incentivos son tan bajos, que ni se molestan en pedir la acreditación. "Para que voy a pedir la rebaja del 20% en transportes si no tengo dinero para viajar", dice P A, de 29 años, con cinco hijos en su haber.
Coincidiendo con el Año Internacional de la Familia, el Gobierno se propone crear incentivos como lo han hecho ya hace tiempo otros países europeos. Un equipo interministerial, elabora un paquete de propuestas sobre desgravaciones fiscales, subvenciones en vivienda, guarderías, cuidado de personas mayores etc... de las cuales, la que cuenta con mayor consenso es la de rebajar de cuatro a tres el número de hijos para acogerse al beneficio de familia numerosa.
El mayor impacto económico afectará a la educación, donde se concentra el grueso de los beneficios de la familia numerosa: exención en el 50% de las matrículas universitarias, además de ayudas y becas en todos. los niveles educativos siempre que la renta anual no exceda de cierta cantidad. Por ejemplo para una familia de cuatro hijos el máximo se establece en 3.650.000 pesetas (entre cuatro y seis hijos se puede descontar 35.000 por cada uno y a partir del séptimo 50.000). El resto de los incentivos actuales se resumen en descuentos en transportes, preferencia en el acceso a una vivienda oficial y a créditos de bancos públicos. A los afectados no les parece una bicoca, aunque es cierto que no es el dinero el motivo por el cual los españoles han dejado de tener hijos.
"Ha disminuido la natalidad porque no se está casando nadie y además se constituye la descendencia con cuentagotas", afirma Ana Cabré. "Muchas veces hay negativa de los jóvenes a formar una familia hasta que no se resuelvan otros problemas más urgentes", agrega esta demógrafa. En primer lugar, hombres y mujeres quieren formarse. Después conseguir un trabajo y, en tercer lugar una vivienda. Son los dos últimos aspectos los que más inciden en el retraso de la edad a la que se forman las familias, en un país donde la fecundidad está ligada en un 90% al matrimonio.
Margarita Delgado, directora del centro de datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pone de manifiesto estass tendencias en su estudio Cambios recientes en el proceso de formación de la familia. Las españolas de los noventa contraen su primer matrimonio en torno a los 26 años, casi a la misma edad en que lo hacían en la guerra civil. Una sensible diferencia es que ahora trabaja fuera de casa el 33,4%, lo que ha hecho, no solo retrasar la llegada del primer hijo, sino pararse en el segundo. Un dato ilustrativo: En 1975 nacían cada año en España 669.378 niños. En 1992, 390.000 y la mitad de ellos son primeros hijos. El tercero solo representa un 13% de la fecundidad.
Las parejas donde trabajan los dos miembros cuentan con poca infraestructura para hacerse cargo de sus hijos. "Y luego está el reparto de las tareas domésticas y de crianza", hace hincapié Margarita Delgado. "Todavía no es equitativa y eso puede disuadir a muchas mujeres a la hora de tener descendencia".
Las tendencias demográficas en toda Europa indican una ligera recuperación de la natalidad que, empezando por el norte, llegará a España con la próxima generación. El cambio se está fraguando, augura Ana Cabré: "El modelo actual en el que la palabra familia es apenas pronunciable, ausente del lenguaje oficial y privado, va a desaparecer. En el año 2.000 este modelo se habrá resquebrajado y la familia y la pareja volverán a ser apreciadas".
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