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Belgrado acepta a los primeros observadores en la frontera serbia

El Gobierno de Belgrado aceptó ayer el despliegue de los primeros observadores internacionales en la frontera serbia que vigilarán el cumplimiento del embargo impuesto unilateralmente por Serbia a los serbios de Bosnia tras el rechazo de éstos a aceptar el plan del grupo de contacto el pasado mes de agosto. El. régimen de Slobodan Milosevic da así el primer paso para lograr el levantamiento de las sanciones económicas internacionales contra Serbia.Si se comprueba que el embargo serbio es una realidad, el Consejo de Seguridad debería adoptar en las próximas semanas dos resoluciones que permitirían restablecer las comunicaciones con Belgrado, los intercambios culturales y deportivos, así como el reforzamiento de las sanciones contra los serbios de Bosnia, prohibiéndoles todo desplazamiento al extranjero.

Este fin de semana empezarán su trabajo los primeros 135 miembros de la misión, que vigilarán que sólo la ayuda humanitaria cruce las fronteras. de Bosnia. Según el copresidente de la Conferencia, David Owen, ésta "no está utilizando ni monitores ni observadores porque tienen connotaciones militares y vamos a tratar de mantener el mínimo de burocracia".

Países nórdicos

Los miembros de la misión, procedentes en su mayoría de organizaciones no gubernamentales y financiados por los países nórdicos, en realidad tendrán un mero papel de testigos mudos, ya que por el escaso número no podrán estar presentes en todos los pasos fronterizos abiertos entre Bosnia y Serbia y Montenegro. Y para evitar tener que solicitar la apertura de camiones en las aduanas, para lo que están las autoridades aduaneras locales, estos observadores se personarán también en los puntos de distribución durante el cargamento de las mercancías.En realidad, su presencia se interpreta como una fuerza moral que penderá sobre la conciencia moral de Milosevic, comprometido a castigar a su antiguo delfin en Bosnia, Radovan Karadzic, por su rechazo del plan del grupo de contacto, que proponía conceder el 51% del territorio de Bosnia-Herzegovina a la federación croato-musulmana y el 49% restante a los serbios.

Las autoridades ole Belgrado, que, en un principio hablaban de alrededor de medio centenar de observadores, habían insistido en que fueran civiles. Se cumple así una de las condiciones impuestas por Milosevic.

Para Owen "hay que evitar que los serbios tengan el sentimiento de que todo el mundo está contra ellos. Hay que demostrar el reconocimiento cuando Serbia acepta cooperar y no dejar pasar esta oportunidad".

Lo que resulta, cuando menos sorprendente, es que en menos de 15 días la comunidad internacional ha encontrado el dinero -de momento esta misión cuenta con 200.000 dólares- y el personal que buscaba para enviar a Bosnia.

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