Mario Camus aborda por primera vez la comedia en una feroz crítica del poder de los banqueros

Mario Camus confesó ayer que no le gustan los banqueros. Tal confesión sobraba después de ver Amor propio, el último filme del director santanderino, que se estrena el próximo día 22. A sus 61 años, Camus, autor también del guión, ha utilizado por primera vez la clave de comedia para narrar una historia de intriga e ironía sobre el oscuro poder económico de los directivos de los bancos. Aunque Camus negó que la intención de Amor propio sea saldar cuentas con los banqueros, si reconoció que es "un disparate que estos personajes gobiernen el mundo".

Basada en la historia de la estafa y fuga protagonizada en 1992 por el director de una sucursal bancaria en Santander, más conocido como Pepe el del Popular, Mario Camus ha elaborado un guión en el que la intriga se adereza con la ironía para contar el despertar en la vida de una mujer que pasa de ser víctima a verdugo. "Quería hacer una versión socarrona y divertida del suceso", comentó ayer Camus, aunque el director de filmes como Los santos inocentes o La colmena no ha podido evitar el tono reflexivo característico de su filmografía.El cineasta santanderino carga de nuevo todo el peso de su película sobre una mujer, en este caso Verónica Forqué, en lo que supone el primer encuentro cinematográfico entre ambos. Forqué interpreta a Juana la esposa engañada por su marido (Antonio Valero), el director del banco que desaparece tras cometer un desfalco. Tras la humillación a la que se ve sometida por los altos cargos del banco y los sufridos ahorradores que lo han perdido todo, Juana no tiene más remedio que abandonar su tranquila y anodina vida de casada para reaccionar y vengarse y así recobrar su dignidad. Lo explicó ayer muy bien la propia Forqué: "Es una mujer que vive anestesiada hasta que la tragedia del abandono de su marido remueve su energía dormida y decide tomar la iniciativa".

Camus explicó de manera muy clara la obsesión que arrastra con los papeles femeninos: "Está claro que en esta sociedad los seres menos triunfadores, los más débiles, los que tienen más problemas son los que crean las historias. El triunfador poca historia tiene y además es aburrida. En cambio la persona que tiene que luchar y que tiene que enfrentarse con las cosas, partiendo de una situación de desamparo, es en este caso es la mujer. La mujer es la que tiene imaginación, la que tiene que salir a luchar al no estar favorecida con los papeles que le da la vida.".

Sobre la feroz crítica a la institución bancaria, constante a lo largo de todo el filme, el director señala que "uno siempre se mete con aquello que lo agobia. Lo que agobia hoy día es el mundo económico, no hay ninguna referencia a ninguna cosa que no sea el dinero, la economía y los bancos. A mi edad todo eso lo veo con cierto escepticismo, y lo he intentado poner en un tono dramático, pero al mismo tiempo humorístico". Es precisamente en el campo del humor donde lo tiene más crudo Mario Camus, un director que reconoce que no cuenta con el favor del público. "No había hecho nunca una comedia", señala el director, "no tengo un humor ni fácil ni evidente. En el caso de Amor propio es evidente mi esfuerzo por hacerlo y por hacerlo en los tonos en los que yo me desenvuelvo. Lo que pasa que la película no es nada hasta que no tiene la confrontación con el publico para comprobar de verdad si hay alguien que entra dentro de ese tono, que se da cuenta del registro en el que te estás moviendo y del humor que puede traer consigo. Creo que apreciable o no en todas mis películas hay humor".

Producida por Sogetel con un presupuesto de 200 millones de pesetas, Amor propio está protagonizada, además de por Verónica Forqué, por Antonio Valero, en el papel del director; Anabel Alonso, Antonio Resines y Fernando Valverde.