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Crecen las diferencias de salud entre los barrios urbanos más pobres y los más ricos

El sida, las drogas y la pobreza son los culpables, según un estudio hecho en Barcelona

Milagros Pérez Oliva

Las mejoras en la red sanitaria y en los servicios sociales no han logrado reducir las diferencias globales de salud y mortalidad entre los barrios urbanos más pobres y los más acomodados. Ha disminuido la mortalidad infantil, pero el sida y las drogas se han sumado a la pobreza para mantener a los barrios marginales lejos de los promedios. Y lo más grave es que en algunos parámetros no sólo no disminuyen las diferencias, sino que aumentan. Así lo demuestra un estudio en la ciudad de Barcelona, el primero que analiza las desigualdades por mortalidad durante 10 años.

El estudio compara la mortalidad del distrito de Ciutat Vella con el resto de Barcelona y sus resultados son extrapolables a otras zonas urbanas deprimidas de España. Este distrito, con 90.000 habitantes censados, puede considerarse un paradigma de los tramos sociales más desfavorecidos, ya que concentra cuatro barrios homogéneos que son además los más pobres y depauperados de la ciudad. Los resultados del estudio serán presentados en el XII Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología, que se celebrará en Alicante desde el 29 de septiembre."Cuando iniciamos el programa el Ayuntamiento se propuso intervenir en los ámbitos en que se observaban mayores diferencias, por ejemplo, la mortalidad infantil. Ahora vemos que algunos parámetros han mejorado, fruto de la intervención, pero otros han empeorado", dice Joan Ramón Villalbí, director del Instituto Municipal de Salud de Barcelona.

Los que han empeorado tienen que ver con el sida, la droga y la pobreza, más acusada en los últimos años por la crisis económica y el paro. "En conjunto, Ciutat Vella tiene un 28% más de mortalidad que el promedio de la ciudad, teniendo en cuenta las correcciones necesarias por edad y otros factores", explica Antoni Plasencia, autor del trabajo, junto a Carme Borrell e Isabel Pasarín. Pero si en 1983, primer año del estudio, las mayores diferencias se producían en la mortalidad infantil, ahora es en la mortalidad adolescente, que, asociada a ciertas conductas de riesgo, se configura como el gran reto de salud pública de grandes urbes.

El estudio demuestra que en los ámbitos en que se ha intervenido se ha mejorado y se han acortado las diferencias. Así, mientras en 1983 morían en Barcelona 10 niños por cada mil habitantes, en Ciutat Vella morían 22. Ahora la diferencia es de 7,7 a 13,4. El control de las vacunaciones y el riguroso seguimiento de los recién nacidos han dado sus frutos.

También se han reducido las diferencias en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, gracias, entre otras medidas, al control de la hipertensión arterial y a la extensión de la reforma de la asistencia primaria a todo el distrito. Este es un parámetro importante, porque es el que registra mayor número de muertes. En 1983 fallecían por enfermedades cardiovasculares en Barcelona 408 personas por cada 100.000 habitantes, mientras en Ciutat Vella morían 435. Ahora, el promedio de Barcelona es de 321, mientras que el de Ciutat Vella es de 366. La mortalidad se ha reducido en ambos casos, aunque la diferencia entre el distrito pobre y el resto de la ciudad es mayor.

Más tumores

Estas mejoras quedan empañadas, sin embargo, por la evolución de otros tres parámetros importantes: el de las muertes por causas externas, en que la sobredosis de drogas ilegales adquiere una importancia determinante; las muertes por enfermedades infecciosas, que se han disparado a causa del sida; y las muertes por cáncer, con especial incidencia, del de pulmón asociado al tabaquismo. En estos tres apartados, Ciutat Vella ha aumentado las diferencias respecto al promedio de la ciudad. En tumores, mientras Barcelona sólo ha pasado de 233 muertes por 100.000 habitantes registradas en 1983 a 252 en 1992, Ciutat Vella las ha aumentado de 263 a 331.Los otros dos parámetros aumentan en toda la ciudad, pero en Ciutat Vella muchísimo más. Así, mientras en 1983 Barcelona registraba 39,9 muertes por causas externas, ahora tiene 40,6. Pero Ciutat Vella, que en 1992 registraba 62 muertes por cada 100.000 habitantes, ahora soporta 79,9."La mayor diferencia, y también la mayor divergencia, se produce en las enfermedades infecciosas, fundamentalmente por el sida", explica Carme Borrell. En 1993, Barcelona registraba 6 muertes porcada 100.000 habitantes; Ciutat Vella registraba 10. Ahora, la diferencia es abismal: 26 frente a 77.

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