Moral laica, población y recursos
Comparto básicamente lo expuesto por Mario Vargas Llosa en el artículo Dios los cría (EL PAÍS, 28 de agosto), en el que critica el hecho de que la Iglesia, en el debate acerca del crecimiento demográfico, utilice unos argumentos seudorracionalistas para tratar de imponer unas ideas que sólo están sustentadas por un dogma particular.Me gustaría, sin embargo, llamar la atención del autor sobre si es factible una moral laica como norma de comportamiento para todos. Vargas Llosa afirma: "... aunque en lo personal soy agnóstico... [la religión] es insustituible para garantizar una vida espiritual y una guía moral para la inmensa mayoría de los seres humanos" (el subrayado es mío). Aunque se considera a sí mismo capaz de comportarse de acuerdo a una ética laica, cree que la mayoría necesita una normativa promulgada por un ser superior.
Esta diferenciación entre él y la mayoría traduce un prejuicio elitista, contradictorio con otras posiciones por él defendidas. Recuerdo la polémica entre Vargas Llosa y Günter Grass en la que aquél criticaba a ciertos intelectuales "comprensivos" con regímenes autoritarios de izquierda por el insuficiente desarrollo sociocultural de algunos países latinoamericanos. Si no interpreto mal la postura de Vargas Llosa, éste denostaba en Günter Grass su elitismo eurocentrista, planteando la cuestión de por qué lo que era bueno y necesario para Europa y el Occidente desarrollado (las libertades y la democracia) no lo era tanto para Latinoamérica. Este argumento impecable debería aplicárselo personalmente y aceptar que, si él no necesita un código sobrenatural para ser una persona civilizada, tampoco lo necesitamos -de un modo fatalista e imprescindible- ni yo ni la mayoría de los seres humanos.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.