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Predicar la paz en el Uster

El alto el fuego anunciado por el IRA en el Ulster pondrá fin a 25 años de conflicto sangriento. Los responsables de tal iniciativa merecen nuestro agradecimiento. Pero ¿cuál debería ser el mensaje desde los púlpitos de las iglesias de Irlanda del Norte este fin de semana? (...)La iniciativa da un impulso a los esfuerzos de pacificación, pero fracasará si los dirigentes políticos y religiosos adoptan actitudes equívocas frente al terrorismo. Los sermones deben dejar claro que los que se proponen continuar con la violencia, sea cual sea el bando, no encontrarán el apoyo de su Iglesia.

Si bien es cierto que las raíces del conflicto se hunden en la discriminación religiosa, ésta no es ya la fuerza motriz de los extremistas. Aunque son muchos los religiosos que han hecho esfuerzos de reconciliación, ninguna de las dos tradiciones ha logrado distanciarse del terrorismo. ¿Cómo pueden los dirigentes religiosos de Irlanda del Norte justificar las oraciones en los funerales cristianos de hombres que han asesinado despiadadamente, sin al menos condenar sus acciones?

La paz estará más cerca si el clero protestante dijera a sus feligreses que la mayoría no puede vetar cambios constitucionales y si los sacerdotes católicos dijeran que la causa nacionalista no puede triunfar fuera de las urnas. Sin duda, el mensaje para todos debe ser: "Ama a tu prójimo", y no más "ojo por ojo".

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4 de septiembre

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