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CINE

Los celos del espía

Discípulo aventajadcr del productor y realizador Roger Corman, el director canadiense James Cameron es especialmente conocido gracias al éxito obtenido con Terminator (1984) y, sobre todo, Terminator II (1991), protagonizadas por el austriaco, nacionalizado esta dounidense, Arnold Schwarzenegger.Sin embargo, su gran película, la que demuestra que es algo más que un director de violentas producciones de acción rodadas como si fuesen una gran batalla, es Abismos (1989), una fantasía submarina de gran originalidad y belleza.

Punto de vista femenino

Trues lies (Mentiras arriesgadas)

Dirección y guión: Janies Cameron. Fotografía: Russell Carpenter. Música: Brad Fiedel. Estados Unidos, 1994. Intérpretes: Arnold Schwarzenegger, Jamie Lee Curtis, Bill Paxton, Tom Arnold, Art Malik, Tia Carrere, Eliza Dushku. Estreno en Madrid: Capitol, Luchana, Benlliure, Excelsior Aragón, España.

El punto de partida de la más reciente colaboración entre Cameron y Schwarzenegger es La totale (1991), una producción francesa escrita y dirigida por Claude Zidi, que pasa bastante inadvertida, pero llama la atención de la pareja al mostrar la vida familiar de un sofisticado espía, descendiente directo de James Bond.Esto les permite hacer una característica película de acción, para introducir en ella un punto de vista femenino en clave de comedia e incluso no caer en la misoginia que caracteriza el subgénero.

Mentiras arriesgadas, mala traducción del excelente original True lies (Mentiras verdaderas), narra cómo el agente especial Harry Tasker, por motivos de seguridad, oculta su profesión a su mujer Helen, que decide tener una aventura, tras la monotonía producida por 15 años de matrimonio, con un anodino vendedor.

Esto despierta los celos del espía, hace que ponga tras ella la sofisticada parafernalia que maneja y acabe descubriéndole la verdad y uniéndola a la trepidante persecución de un grupo de terroristas musulmanes que han introducido cuatro cabezas nucleares en Estados Unidos.

Sin embargo, esta buena y bien desarrollada idea se enfrenta con el escollo de la excesiva duración de Mentiras arriesgadas, con sus dos horas y media, y el resultado no es todo lo bueno que hubiera debido ser.

Tras un prólogo y, sobre todo, un largo epílogo de una gran violencia, que no es más que la tradicional e inverosímil historieta gráfica rodada con eficacia y gran despliegue de medios, la parte central, sin duda la mejor y más original, la parte de comedia, puede resultar lenta a quienes gusten de la acción, mientras que el comienzo y el final pueden sobrar a quienes prefieran la comedia.

A pesar de su indudable habilidad narrativa, James Cameron, en su triple calidad de coproductor, guionista y realizador, no ha conseguido una perfecta simbiosis entre la acción y la comedia, al conceder demasiada importancia a la primera. De igual forma que una sucesión de falsos finales, tres para ser exactos, desequilibra por completo la última parte.

No obstante, James, Cameron resulta ser un gran director de actrices, y Jamie Lee Curtis está realmente excelente en el papel de Helen, la aburrida ama de casa que un buen día descubre que su marido es un famoso espía y debe ayudarle en una de sus más arriesgadas misiones.

Sobre todo frente a Arnold Schwarzenegger, que, por mucho que se empeñe, sigue siendo un bloque de carne sólo válido para la destrucción, y a tía Carrere, que hace una convencional mala rematada. Sin embargo, uno de los mejores momentos de Mentiras arriesgadas es el tango final que bailan Lee Curtis y Schwarzenegger.

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