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"Me gustaría hacer un 'western' cada dos años"

"¿El secreto de mi éxito? Radica sin duda en mi estupenda cabellera". Jack Nicholson arrancó en Venecia las primeras sonrisas con una divertida alusión a su ya irremediable y definitiva alopecia de cincuentón avanzado. Esa calvicie no ha sido un inconveniente para su papel de hombre lobo en Wolf En esta película Nicholson se transforma en licántropo, intelectual y sensual, complejo e histriónico, al que imprime su inconfundible sello personal.En el filme, el actor encarna a Will Randall, director de un grupo editorial de Manhattan, una persona tímida y gentil, un marido atormentado que desea cambiar de vida. "La clásica víctima de este malestar de fin de siglo veinte" dice Nicholson. Wolf es una fusión de horror, sátira social y amor: "Me interesé en este personaje metafísico porque es fuera de lo común. Además, historias como las de Frankenstein y Drácula son mitos que han engendrado grandes clásicos del cine. Todos ellos requieren de transformaciones, de - ambivalencia, de muchas personalidades en un solo ser. Y este es precisamente mi trabajo. El actor no sólo experimenta cambios profesionales sino que adquiere consciencia de la dinámica que le permite mutar de un personaje a otro".

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El artista se ha preparado para este papel viendo documentales y leyendo muchos libros sobre el comportamiento de los animales: "El hombre lobo es un mito sexual muy antiguo. El sexo y la tensión son la base de esta historia: no importa cuánto intente el hombre reprimir la sexualidad, no logrará hacerlo. Pero la parte más interesante de esta investigación fue descubrir que el hombre lobo seduce a todas las mujeres".

Después de consagrarse con papeles demoniacos y de psicópata Nicholson enjuicia los últimos jalones de su carrera: "No me gusta que me encasillen". Y agrega: "Lo que me gustaría hacer al menos cada dos años es un western donde no existan ni teléfonos, ni automóviles. Este género, primitivo, te obliga a un tipo de narrativa esencial, sin diálogos superfluos. Pero mi plan más íntimo es dirigir Napoleón, aunque no tengo un plan concreto".

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