El atentado arruina la recuperación de la industria turística egipcia, vital para la economía del país

"Estamos desolados. Cinco minutos después de conocer la noticia, ya habíamos recibido. la primera cancelación". Esther González, directora de Ticket 31, una mayorista española especializada en viajes a Egipto, relataba consternada cómo de un plumazo se iban al traste los esfuerzos de meses por demostrar al turista español que en el país ya no pasaba nada. Una tímida campaña institucional por parte de las autoridades egipcias y una agresiva promoción de las mayoristas, ofreciendo viajes de ocho días de duración, con alojamiento en hoteles de lujo y crucero por el Nilo incluido, a poco más de 100.000 pesetas, estaban consiguiendo recuperar de la ruina la industria turística egipcia, vital para este país árabe.

El atentado de ayer cambiará, sin duda, muchas cosas. "La situación se estaba normalizando a marchas forzadas, y desde mayo los vuelos regulares iban llenos. No habíamos alcanzado todavía los niveles de antes de la crisis, pero todos estábamos muy animados. Ha sido un mazazo", añade González.Egipto fue hasta 1992 un destino tradicional para el turismo español. Un total de 84.000 compatriotas visitaron este país en 1992. En plena temporada, tanto los vuelos de Iberia y Egypt Air como los numerosos charters fletados por mayoristas -hasta la más pequeña tenía un vuelo propio a la semana- viajaban cargados hasta los topes de españoles, atraidos por los monumentos, el exotismo y, sobre todo, los bajos precios del país de los faraones.

Pero todo quedó en agua de borrajas cuando comenzaron los atentados de los fundamentalistas islámicos. En 1993, apenas 14.000 españoles visitaron Egipto, y eso, según las autoridades locales, porque en los datos de la Secretaría General de Turismo española referentes adonde fueron los españoles en sus vacaciones de 1993, Egipto ya había desaparecido de las estadísticas, engrosando el nada honroso epígrafe de "Otros países".

Algunas mayoristas importantes, como Julià Tours, que en los buenos tiempos enviaba 25.000 turistas hasta allí, no lograron reunir el pasado verano a más de 150.

"Es una pena", comentaba un portavoz de las líneas aéreas egipcias, "desde hace meses teníamos los dos vuelos semanales llenos, y las reservas para el mes de septiembre estaban hasta la bandera. Todavía es pronto para evaluar las repercusiones. De momento, la gente llama para informarse, pero imagino que a partir del lunes empezarán las anulaciones".

Diferente suerte parece haber corrido Marruecos. Después de que dos españoles resultaran muertos y un tercero herido en el atentado al hotel Atlas Asni, de Marraquech (Marruecos), el pasado miércoles, en ninguna de las mayoristas y agencias de viajes consultadas se ha producido una avalancha de anulaciones de viajes ya contratados.

Para Rafael Garrido, de la mayorista Tour África, una de las especialistas en el país magrebí, con 10 oficinas dedicadas exclusivamente a vender viajes a Marruecos, la razón está clara: "La gente, de momento, ha aceptado la' versión oficial del atraco y del incidente aislado. Además, Marruecos es un país más cercano, más de andar por casa; si hay problemas, coges un coche y te plantas. en territorio español, en un momento. Ahora bien, si se llega a demostrar que fue un atentado terrorista, nadie sería capaz de aventurar las consecuencias".

Marruecos y Túnez han sido hasta el momento los mayores beneficiados por los problemas que azotan a sus vecinos árabes y que han arruinado sus economías turísticas y una de las principales fuentes de ingresos. La caída total del turismo, primero en Argelia -país muy solicitado por el llamado turismo de aventura hasta que empezaron los asesinatos de extranjeros por parte de los integristas- luego en Egipto, y finalmente en Turquía -135.000 españoles en 1992, apenas unos centenares este verano- ha desviado hacia Marruecos y Túnez una buena parte del turismo nacional.

Marruecos, país preferido

Marruecos, con algo más de 300.000 visitante anuales, es el segundo país preferido por el turista español fuera de Europa (el primero es Estados Unidos). Túnez, por su parte, recibió en 1993 más de 150.000 españoles, un 30% más de los que fueron en el año 1989.

La zona de Egipto donde se produjo el atentado de ayer es poco frecuentada por autocares de turistas, que prefieren hacer el tramo entre El Cairo y Luxor en avión o barco por el Nilo. La oficina turística egipcia en España afirma ahora que siempre desaconsejó visitar esa zona del país por tierra, por ser la "más descontrolada" frente a las acciones de grupos armados integristas.

"Tenemos folletos que lo explican, pero nadie viene a por ellos", añadieron.