Vargas Llosa se dice "escandalizado y divertido" por su 'excomunión' de la Mostra de Cine de Venecia

"Simpático: me parece que hayamos vuelto a la excomunión, al estalinismo, a la inquisición". Así ha respondido Mario Vargas Llosa al veto para que formarse parte del jurado de la Mostra de Venecia por parte de uno de los consejeros de la Bienal, el filósofo Umberto Curi, quien le considera carente del suficiente pedigrí democrático. El autor de La ciudad y los perros afirma haber llamado a la dirección de la Mostra por si querían prescindir de él, a lo que se ha negado el director, Gillo Pontecorvo.Vargas Llosa, quien se prodigaba ayer desde Salzburgo en la prensa italiana, se dice "escandalizado" y "divertido" por las afirmaciones de Curi, que consideró al escritor peruano como un "personaje políticamente marcado" que no se ajustaba a las normas democráticas de la Bienal. El escritor reiteraba las afirmaciones sobre su perfil político que ya ha hecho en otras ocasiones: no es amigo de golpistas, ha escrito decenas de artículos contra Pinochet, contra el régimen mexicano, contra Fujimori, o el régimen de Fidel Castro.

"Admitamos que yo sea de sentimientos conservadores, siempre dentro de una rigurosísima visión democrática y liberal de la vida política", decía el literato. "¿Y entónces? ¿Qué es la democracia? ¿Un carril de dirección única ¿Es demócrata sólo quien piensa de una manera y, si el resto no es así, viene excomulgado? ¿Y además por quién? ¿Por quién proviene de una ideología liberal como la comunista?".

Vargas Llosa llamó al director de la Mostra, Gillo Pontecorvo, porque "no quería ser un motivo de escándalo, un problema para el féstival". Pero Pontecorvo no ha querido oír hablar de su ausencia. El escritor forma parte de los jurados de Berlín y Cannes, aunque "quizá el de Venecia es un monopolio de la izquierda. Yo estoy también en el de San Sebastián y estuve en el de Blanco y Negro de Barcelona, y también en esos lugares he sido objeto de controversia, pero esto es un aspecto simpático, agradable de la vida intelectual. Con lo que nunca me había encontrado", añadía, "es con un inquisidor de la ortodoxia estalinista".