Los españoles se resisten a tener hijos fuera del matrimonio
El matrimonio sigue siendo en España, a diferencia de otros países europeos, el requisito previo para la maternidad, según refleja el estudio Cambios recientes en el proceso de formación de la familia, realizado por Margarita Delgado del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que analiza los cambios experimentados por la estructura familiar española en los últimos 20 años. Este factor, junto con el descenso del número de matrimonios registrados desde 1975 y el retraso en la edad de los contrayentes, es una de las causas de la reducción de un 53% de la fecundidad registrada entre los años 1975 y 1991.Los datos demuestran que, en la actualidad, los nacimientos fuera del matrimonio sólo constituyen el 10% del total mientras que en los países nórdicos, donde la curva de la natalidad ha invertido su tendencia hacia el alza, alcanzan el 50% y en Francia o en el Reino Unido rozan el 20%. Según el estudio, la proporción de hijos de madres solteras está en España entre la más bajas del continente porque las parejas de hecho en nuestro país tienden a no tener descendencia.
Además, las familias españolas han dejado de tener el cuarto e incluso el tercer hijo que ahora constituyen sólo el 16% del total de la fecundidad frente al 34% que suponía en 1975.
En esta tendencia influye el retraso en la edad de la primera maternidad, en parte motivado por la decisión de posponer el matrimonio y por el incremento en el tiempo transcurrido entre la boda y el nacimiento del primer hijo. En 1975 la edad media del primera matrimonio se situaba en 23,9 años y la edad del nacimiento del primer hijo en 25,27 mientras que en 1990 la pareja se casaba ya con 25,3 años y esperaba hasta los 26,79 años para el primer nacimiento.
Concentrar la maternidad
Los españoles esperan más para tener el primer hijo, pero tienden a acercar el nacimiento de los restantes, lo que el estudio apunta como una de las nuevas tendencias del cambio familiar experimentado en los últimos 20 años. Ello, según la investigadora, se debe a la mayor formación de las mujeres que ha motivado un importante aumento de la actividad laboral femenina y su preferencia a concentrar la maternidad para abandonar el menor tiempo posible su trabajo.Por otra parte, los españoles siguen prefiriendo legalizar sus uniones, el 80% por la Iglesia, y sólo el 1,27 de la población se decanta por las parejas de hecho o las uniones consensuales.
Desde la legalización del divorcio en España en 1981, la disolución legal del matrimonio sigue siendo la única tendencia que ha mantenido una trayectoria ascendente. Sin embargo, los divorciados han seguido casándose desde el primer momento, aunque los hombres contraen segundas nupcias en mayor proporción que las mujeres.
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