Profesionales del teatro catalán niegan que se discriminen los espectáculos en castellano
Gala reafirma que hay conflicto y lo achaca a "un sarampión de señitas de identidad"
Las polémicas declaraciones del escritor Antonio Gala sobre la situación que vive el teatro en castellano en Cataluña han provocado un rechazo casi unánime -y en algunos casos indignación- por parte de los profesionales del sector que trabajan en dicha comunidad. Gala afirmó el miércoles, durante la presentación en Santander de su última obra dramática, Los bellos durmientes, que en Cataluña no interesa el teatro en castellano. En Cataluña, dijo, "tienen la costumbre de entender mucho mejor el teatro polaco en polaco que el castellano en castellano".
Enterado de la reacción que sus palabras han provocado en Cataluña, Antonio Gala se reafirmó ayer a este diario en lo dicho: "El problema existe y se debe a ese sarampión de señitas de identidad que está durando ya mucho tiempo". El escritor insistió en la responsabilidad del público catalán en la situación que vive el teatro castellano en Cataluña: "El teatro que se hace es, finalmente, el que los auditorios quieren".Los profesionales catalanes consultados por este diario han coincidido en su mayoría en subrayar que el teatro en castellano no vive ningún tipo de marginación en Cataluña "cuando es teatro de calidad, que es lo único que juzga el público". Como prueba de la buena acogida al teatro de calidad en castellano, se señala el éxito recurrente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida Adolfo Marsillach.
El sector teatral catalán está más dividido al opinar sobre la' normativa de la Generalitat según la cual para que las salas obtengan subvención "el porcentaje de representaciones de espectáculos en catalán no podrá ser inferior al 60%, ni inferior al 75% el porcentaje de representaciones de compañías residentes en Cataluña". A juicio de la mayoría, esta norma es necesaria en el contexto de una recuperación de la cultura catalana. En opinión de otros profesionales, obliga, a veces a hacer programaciones de acuerdo sólo con el cupo y constituye una "censura lingüística".
Indignación
La Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña ha negado tajantemente que el teatro castellano sea discriminado y ha subrayado que en Barcelona "existe un público para todo". Daniel Martínez, responsable de la empresa privada Focus, que gestiona, varios teatros en la ciudad, se mostró "absolutamente indignado" por las afirmaciones de Gala. El empresario ofreció los siguientes datos de teatros de Barcelona: "Esta temporada, el teatro Victoria ha programado cinco espectáculos en castellano de un total de siete; el Condal, cinco sobre once; el Goya, seis sobre nueve; el Borràs, cuatro de siete; el Villarroel, tres de siete, y el Apolo y el Arnau, todos en castellano. En Barcelona han obtenido gran éxito espectáculos como La antología de la zarzuela, El cerdo y Caligula. Martínez dijo que Focus " está interesada en traer a Barcelona Los bellos durmientes".
El director Pere Planella manifestó su desacuerdo: "En Cataluña, como en todas partes, sólo hay rechazo por el teatro mal hecho. Es una cuestión de calidad y no de lengua".
El escritor Jordi Coca, director de los Servicios de Acuión Cultural del Ayuntamiento de Barcelona, dijo: "No es que en Cataluña nos interese el teatro en polaco, es que nos interesa el teatro bueno venga de donde venga, y el de Gala, por cierto, no nos ha interesado nunca". Según Coca, "no se trata de un problema de idioma, sino de modelo de teatro".
Jaume Serrats, director general de Promoción Cultural de la Generalitat, consideró lo dicho por Gala "ignorancia o provocación". Según Serrats, en Cataluña no hay discriminación y los problemas que pueden encontrar espectáculos y compañías venidos de otros puntos del Estado se deben al alto nivel de la producción teatral catalana. "Aquí, el público es más exigente y hay más competencia. Este país no es un desierto cultural como pasa en otros lugares".
Provincianismo
El director Albert Boadella declaró: "Gala tiene su punto de razón. El teatro castellano ha quedado marginado en Cataluña en relación con lo que había sido; no hay duda. El caso es que hay un público y que el teatro en castellano debe estar presente, y está volviendo a estarlo. De lo que se queja Gala, indirectamente, es de que a la gente de aquí le guste más el teatro de aquí y del extranjero que el castellano. Es lógico que guste más el teatro en catalán, por proximidad; en cuanto al extranjero... Gala debe dejar nos tener nuestro pequeño grado de provincianismo: incluso nos gusta a veces más el teatro sueco que el catalán".
En conversación telefónica con este diario desde Bogotá, el director y dramaturgo José Sanchis Sinisterra señaló sobre la polémica: "Hay que distinguir entre público y política. La política institucional y de sala, junto a la gran producción de teatro en catalán, deja pocos resquicios para la exhibición de . espectáculos del resto de España, y el público se pierde así cosas muy interesantes". Antonio Gala insistió: "Es un hecho que el teatro castellano no va a Cataluña, que a los autores castellanos no se nos quiere escuchar en Cataluña. Eso de la calidad que se dice ahora para contestar me parece una estupidez: es el tiempo con su dedo de humo el que tiene que decir si una obra es o no es valiosa". Gala deploró que su uso del término "polaco" haya podido entenderse como ofensivo. "No sabía que a los catalanes séles denominaba así peyorativamente", señaló. "Al hablar de teatro polaco en polaco me refería al teatro de Kantor; no he querido herir".
Babelia
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