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FESTIVAL DE EDIMBURGO

Un drama sobre prostitución de niños recupera el llanto

ENVIADO ESPECIAL, Una diminuta actriz tailandesa de 15 años llamada Saowanee Vongjinda (Muey) logra arrancar las lágrimas a los espectadores ingleses, el público de teatro seguramente más frío del mundo.Los recursos artísticos y la belleza de Muey son escasos. Se trata, de una adolescente sin estudios dramáticos, bajita y gorda. Va descalza y mal vestida no sólo en la escena sino también fuera de ella. Es pobre. Vino a Escocia con billetes rebajados. Interpreta gratis el papel de una niña feliz al principio en un pueblo de Tailandia luego arrasado por la industria y corrompido por el dinero. La familia emigra a Bangkok. Allí se disgrega. Daeng -éste es su nombre en la escelna- se queda sola. Los dioses también la abandonan. Finalmente es vendida como una más del medio millón de niña que en su país cayeron en manos de las redes de prostitución después de ser violadas y golpeadas salvajemente.

Este es el teatro en estado puro. La estética de la denuncia en el arte de la mejor y la más humilde compañía compuesta por siete actores, que llega al festival de Edimburgo. El teatro, siamés sólo lo componen siete personas muy jóvenes que cantan y bailan en un escenario diminuto y oscuro, que se convierte mágicamente en un lugar tan inmenso y tétrico como su país.

La obra es corta. Menos de una hora. Se titula Daeng Bet ween two Worlds (Daeng entre dos mundos) y ha sido puesta en escena con grandes dificultades por una fundación que no persigue el lucro, sino acabar cuanto antes desde Bangkok con la es clavitud y la prostitución infantil dé aquel país asiático. "El Gobierno nos tolera, pero preferiría que no saliéramos al extranjero porque creen que nuestra denuncia perjudica la imagen oficial. y turística de Tailandia", dijo a este periódico la directora del grupo teatral Hataitip Payomyong, quien añadió que le gusta ría actuar en España como ya lo hizo su compañía en Alemania con gran éxito. Según esta misma directora, el actual primer ministro tailandés está más sensibilizado con el problema de la pros titución infantil y desea acabar con él. Pero la policía sigue implicada en la industria del sexo, que aporta al país más de 200.000 millones de pesetas. "El 47% de los turistas", añade la directora, "usan prostitutas en sus viajes por Tailandia".

El teatro siamés de Bangkok recorre desde hace varios años los pueblos y aldeas tailandesas en los que representan éstas y otras obras de parecido mensaje. La compañía pide la participación del público porque ha comprobado que si viven en la escena el drama de los personajes, el efecto pedagógico que persiguen se cumple mejor. Daeng Between two Worlds tiene siete cuadros. El montaje es simple como la es tructura de la obra. Pero la mí mica es muy poderosa y refuerza el texto.

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