La convención zapatista hace un llamamiento para 'derrocar' al PRI mexicano
La Convención Nacional Democrática (CND), una reunión de centenares de organizaciones civiles que buscan el tránsito de la democracia en México, concluyó en la tarde del martes con un llamamiento de los guerrilleros a una movilización nacional que acabe derrocando al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de forma pacífica y mediante las urnas. Los zapatistas amenazaron con reiniciar la lucha armada si fracasa su proyecto de eliminar al "partido del Estado'', en referencia al PRI.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se aIzó en armas el pasado 1 de enero en el Estado de Chiapas, le pasó la pelota a un innumerable grupo de organizaciones políticas de izquierda representadas en esta asamblea. El subcomandante Marcos, líder visible del movimiento zapatista, dijo: `Nos echamos a un lado, pero no nos vamos". Los delegados de los 31 Estados de la República y del Distrito Federal anunciaron - movilizaciones para hacer llegar a todos los rincones de México las resoluciones aprobadas por este atípico cónclave de Chiapas.Marcos fue el alma de la CND. Y se siente a gusto en ese papel que por , el momento va a abandonar. La reunión de Aguascalientes,nombre con en que se ha bautizado el lugar a poco más de un kilómetro de la pequeña localidad de Guadalupe Tepeyac, comenzó con un discurso del subcomandante, quien también puso el punto final con tina conferencia de prensa.
Sus intenciones parecen claras: ceder el protagonismo a tinos movimientos políticos que han asumido entre aclamaciones las propuestas. del zapatismo beligerante. Estas. asociaciones indígenas, campesinas, obreras y estudiantiles, además de algunos representantes del Partido de la Revolución Democrática, (PRD), pretenden llevar el mensaje de Aguascalientes a todos los rincones de la República. De esta forma, Marcos consigue que el Gobierno mexicano de Carlos Salinas de Gortari se enfrente a unas propuestas políticas que ya no podrá atribuir a un grupo guerrillero.
Difícil articulación
Sin embargo, el primer obstáculo que tendrán que salvar estos movimientos civiles es el de la articulación de sus dispares programas. Aunque las resoluciones de este cónclave fueron aprobadas por una mayoría aplastante de los representantes de la convención, la división se hizo patente entre los partidarios del PRD, presidido por Cuauhtémoc Cárdenas, y un numeroso sector de organizaciones más radicales en sus planteamientos.
Pocos minutos antes del inicio de las sesiones, en la tarde del lunes, una parte importante de los aproximadamente 5.000 delegados exigió a gritos que se retirara un cuadro en el que figuraban Marcos y Cárdenas estrechándose la mano con Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas, a las espaldas del subcomandante. La pintura no se volvió a ver hasta el día siguiente. "'Ni PRI, ni PAN, ni PRD", chillaban los más radicales, que recibían abucheos de los moderados simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática.
El EZLN, consciente de la evidente disgregación de los movimientos asistentes, pidió, e incluso rogó, a los delegados de la asamblea que no convirtieran la convención en un ajuste de cuentas. Nada mejor para ello que encauzar las resoluciones en torno a los puntos que no provocaban discrepancias. Y en esto, apareció el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el único elemento que, junto al himno nacional mexicano, fue capaz de provocar que los delegados se expresaran con la más absoluta unanimidad.
Por aclamación,
La convención designó un comité de dirección de 100 miembros, entre los que se encontraba un soldado del Ejército de Emiliano Zapata, que elaboré las propuestas que serían sometidas a votación a mano alzada. La mañana del martes fue el momento de realizar la consulta. Pero antes los delegados, observadores e intelectuales invitados tuvieron que soportar más de dos horas de mensajes de solidaridad de organizaciones de todo el mundo que enviaron sus mejores deseos a la selva Lacandona. Sin embargo, bajo un sol de justicia, las votaciones duraron tan sólo una hora. Los miembros de la dirección leían las resoluciones que eran aprobadas entre los vítores de los delegados que comían tacos rodeados de barro.
La resolución principal reflejó el rechazo frontal al binomio PRI-PAN (Partido de Acción Nacional), con un llamamiento a votar "en contra de estas dos formaciones" aunque sin aconsejar el sufragio para ningún partido, en un claro reflejo del recelo de los grupos más extremistas hacia el PRD, el único partido de centroizquierda con algunas aspiraciones en las elecciones del próximo 21 de agosto.
El resto de las resoluciones aprobadas, que recogían casi en su totalidad las propuestas zapatistas, no causó el menor esbozo de oposición entre los delegados. El rechazo a la política neoliberal del presidente Salinas de Gortariz, la revisión o suspensión del Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte (firmado con Estados Unidos y Canadá), la convocatoria a una participación masiva en las elecciones, la resistencia civil en el caso de que los movimientos políticos denuncien un fraude en los comicios, la movilización nacional el próximo 17 de agosto para explicar los resultados de la Convención Nacional Democrática y la retirada del Ejército del sureño Estado de Chiapas son algunas de las iniciativas de la convención.
Entre los puntos aprobados también destacan el establecimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas mexicanos, la reforma radical de la justicia, la formación de un Gobierno de transición que acepte las iniciativas de la convención y que elabore una nueva Constitución y la expropiación de los bienes del PRI. Las reivindicaciones fueron aprobadas entre el jolgorio unánime de unos delegados que gritaban constantes vivas al EZLN.
La declaración política con la que terminó la asamblea estableció la. utilización preferente de los medios pacíficos para el tránsito a la democracia, y la necesidad de que este cónclave se convierta en un foro permanente para llevar estas propuestas a todos los rincones del país, para proseguir, después de las elecciones, profundizando en el camino de la democracia. Se trata de una declaración general "en la que no se puede entrar en detalles mínimos".
En cualquier caso, Marcos se encargó de recalcar la etiqueta de "preferente" que se otorga a la nueva vía para conseguir la transición democrática. En el estrado y delante de una enorme bandera mexicana que servía de cortina para la trastienda, el subcomandante afirmó: "Nos vamos, pero no nos rendimos., A partir de ahora estamos dispuestos a hacer lo que diga la convención".
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