'Culebrón' en Perú por las disputas políticas entre Fujimori y su esposa
La crisis matrimonial exhibida al desnudo por la pareja presidencial de Perú en los últimos días no solo reveló matices de una desavenencia conyugal cualquiera, sino algo más espectacular: la primera dama, Susana Higuchi de Fujimori, quiere ser presidenta. Por lo menos, la esposa del actual presidente, Alberto Fujimori, no ha rechazado tal posibilidad, lo que ha sumido en la completa perplejidad a su marido. Susana Higuchi ha criticado la ley peruana que veta su participación política.
Fuentes bien informadas indican que Susana Higuchi ha sondeado la eventualidad de lanzar una lista propia para las elecciones generales de abril de 1995. Susana Higuchi abandonó el palacio de gobierno el 3 de agosto último para irse a vivir a la casa de una amiga. El domingo por la noche, en declaraciones a la televisión peruana, dijo que volverá a palacio y que su salida fue una "vacación conyugal" para reflexionar. Mientras, Fujimori se llevó a Colombia a los tres hijos de la pareja (Keiko, Sachi y Kenyi), adonde viajó el sábado para la toma de posesión de Ernesto Samper. Antes de partir, Fujimori apareció en la televisión nacional y se declaró sorprendido de que su esposa abandonara el hogar y de la posibilidad que tuviera ambiciones electorales. Pero analistas reconocidos sostienen que sectores gubernamentales conocían muy bien estas aspiraciones antes de promulgar una ley que impedía a la familia presidencial -y en primer lugar a la esposa- integrar cualquier lista electoral.Esa ley fue el detonante de una crisis conyugal que todos adivinaban y varios medios habían divulgado. En documentados pronunciamientos públicos, Susana Higuchi ha dicho que la ley es inconstitucional y ha pedido al Ministerio Público, al Congreso y al Ejecutivo que le restituyan sus derechos de ciudadana.
Fujimori ha dicho que aún no sabe si su esposa se pasará a la oposición. En una demostración de que perdió el total gobierno de su casa, dijo no saber si su esposa regresará o no. El domingo por la noche, sin embargo, Susana Higuchi aclaró las cosas: afirmó que volverá a palacio después de sus publicitadas reflexiones. Y añadió con una sonrisa en la que algunos han visto coquetería: "Cuando hay amor, todo se arregla". Pero otros han visto una hábil maniobra de negociación. La señora Higuchi ha dicho rotundamente que las diferencias con su esposo son políticas, y que una vez resueltas se allanarán los problemas conyugales. El presidente, entoces, ya sabe a qué atenerse. Fujimori regresó en un santiamén de Colombia. Mientras su esposa hacía declaraciones en la televisión, el presidente envió al diario oficial el decreto de convocatoria de las elecciones presidenciales que se celebrarán en abril próximo. Tanto él como su mayoría parlamentaria han sostenido que no levantarán el veto a Susana Higuchi. De modo que el ambiente político se va a caldear en los próximos meses.
Susana Higuchi ha criticado la falta de sensibilidad del Gobierno de su esposo hacia los pobres, y ha dicho que es necesario un cambio en la política social.
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