CiU lamenta que el delito fiscal se mantenga en 5 millones

Convergència i Unió (CiU) criticó ayer, a través de su portavoz adjunto en el Congreso, Josep Sánchez Llibre, la decisión del Gobierno de mantener en cinco millones de pesetas el umbral por el que el fraude fiscal es considerado delito y no elevarlo a 15 millones, como tenía previsto inicialmente. Sánchez Llibre, representante de Unió Democrática de Cataluña (UDC) en la negociación con los socialistas para elaborar los Presupuestos de 1995, señaló que la decisión de no aumentar1a cantidad considerada fraude fiscal "podría perjudicar el desarrollo de la actividad económica". Además, "produce inseguridad" y es de "muy difícil homologación con otros países europeos".La opinión de CiU no es compartida por Izquierda Unida. El diputado Ramón Espasa manifestó su total respaldo a la decisión adoptada por el Gobierno.

El Consejo de Ministros decidió el pasado viernes en su última reunión antes de la vacaciones mantener en cinco millones el umbral por el que el fraude fiscal se considera delito y pasa a tener sanción penal en vez de administrativa. El Ejecutivo había anunciado de forma reiterada su intención de elevar ese límite por razones prácticas.

Mantener el umbral del delito fiscal en cinco millones afecta directamente al ex gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, pues en el sumario contra él se recoge una ocultación de ingresos a Hacienda por 6,1 millones.

Mientras el vicepresidente Narcís Serra se mostró ayer en Deià (Mallorca) optimista sobre el curso de las negociaciones con Convergència i Unió para pactar los Presupuestos del Estado para 1995. "En los temas básicos", declaró Serra a TVE, "el acuerdo es prácticamente una realidad". El vicepresidente recalcó que con el grupo nacionalista catalán hay coincidencias "en lo fundamental y se discuten aspectos concretos".

Serra puso de relieve que, antes de cerrar el proyecto presupuestario en septiembre, se podrán incluir las cuestiones "que con absoluta transparencia discutimos con CiU. Muchas afectan a todas las comunidades autónomas, que se beneficiarán si logramos un acuerdo".

El presidente del Grupo Socialista en el Congreso, Joaquín Almunia, considera también que las diferencias surgidas con CiU "son perfectamente superables". Almunia declaró ayer a Europa Press que "en lo esencial" su formación y los nacionalistas catalanes están de acuerdo. Según Almunia, "la sensación del endurecimiento en las posiciones de CiU" se debe principalmente "a alguna versión indirecta aparecida en los medios de comunicación".

El portavoz parlamentario de CiU, Miquel Roca, coincidió con su homólogo socialista: "Las negociaciones avanzan. Estamos en unas negociaciones que tienen su ritmo, y hasta tanto no terminen, no se puede decir que hay un total desacuerdo". "Nosotros", dijo, "no dudamos de nuestra capacidad de poder convencer al Gobierno de que las medidas que estamos proponiendo son buenas para el conjunto del país".