Indemnizado un hombre al que no durmió la anestesia y notó la operación

"Sentí cómo me abrían el tórax y luego cada uno de los cortes efectuados por el cirujano. Quise gritar, pero no pude. Era como vivir una pesadilla". Norman Dalton, un electricista británico de 55 años, no debería recordar su paso por el quirófano con tanto detalle, pero la anestesia no le hizo perder la consciencia. Él ha sido uno de los cerca de 10.000 pacientes que se despierta al año en el Reino Unido durante la operación a que son sometidos. A Dalton le pusieron un marcapasos y estuvo seis horas inmóvil en el quirófano sufriendo lo todo. Nadie se dio cuenta y ha recibido dos millones de pesetas. de indemnización.Con la anestesia, los médicos le suministraron a Dalton un relajante muscular para evitar actos reflejos del cuerpo. Dichas sustancias facilitan la operación misma, pero tienen un inconveniente. Las dosis de anestesia general requeridas son menores y el paciente corre el riesgo de despertarse. Si ello, ocurre, sin embargo, es incapaz de hablar o moverse. Se encuentra totalmente paralizado.

El equipo del profesor de anestesia del hospital de Cambridge Gareth Jones busca una fórmula de recoger un impulso cerebral para evaluar el grado de consciencia del operado. Para otros colegas, estos casos son "una desgracia debida a la incompetencia del anestesista". Jimmy Payne, profesor emérito de anestesia en la Universidad de Londres, señala que no hay razón alguna para que un paciente abra los ojos en la mesa de operaciones. "No hay excusa posible y algo así no debe suceder, jamás", ha dicho Payne.