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EL OLE MAS JONDO

El flamenco ha hecho del cantaor Enrique Morente el ser más feliz de la tierra y el más desgraciado. Cuando era niño -como su hijo Quique, en la fotografía-, para sacarse unas perras enseñaba la Alhambra a los turistas y les explicaba que había sido construida por Franco y Primo de Rivera. Apasionado por esencia, sus grandes amores son el cante y el toreo, las únicas artes en donde el público, cuando siente el pellizco grita ¡olé! Hoy le acompañarán grandes ovaciones durante su comparecencia en los cursos de El Escorial. Su otra debilidad es la poesía y entre sus autores figura Leonard Cohen. En otoño cantará con él en Barcelona versiones flamencas de sus poemas.-

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