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Curso sobre los integrismos islámico y judío en El Escorial

La Universidad Complutense de Madrid inauguró ayer en San Lorenzo de El Escorial un curso sobre los integrismos islámico y judío. Bajo el título de Fundamentalismos, intelectuales españoles, árabes, iraníes e israelíes analizan hasta el próximo viernes este fenómeno religioso.Para el ex ministro de Exteriores y actual eurodiputado socialista, Fernando Morán, que dirige el curso, es "urgente" el establecimiento de un diálogo con los integristas. "Sabemos poco", afirma, "del sentido último de la acción política del fundamentalismo, de si persigue una expansión ilimitada o si una vez alcanzada la islamización de sus sociedades puede haber un acercamiento a Occidente". Para Morán es necesario "clarificar al máximo posible el fenómeno de un fundamentalismo que se manifiesta no sólo en el

islam, sino también en la Iglesia ortodoxa rusa y en Israel, entre otros".

Asignatura pendiente

Sin embargo, Eduardo Zulueta, embajador español en Argelia entre 1982 y 1986 y convencido de que el triunfo del FIS es la asignatura pendiente, afirma que el diálogo entre Occidente y los islamistas es casi imposible, ya que "en los últimos 500 años de la historia occidental se forjó un pensamiento secular cuyas palabras, que reflejan su vivencia, son incomprensibles para el islam, que sólo las conoce por la referencia occidental".El ex embajador Ramón Armengod, que pasó gran parte de su vida diplomática en el mundo árabe, sostiene que el integrismo tiene su origen en el "fracaso del nacionalismo y en el fracaso por cubrir las expectativas de los jóvenes". "El conflicto árabe-israelí aceleró ese proceso", añade Armengod, coordinador del curso.

El filósofo y teólogo José María Mardones habló de la nueva religiosidad de la sociedad posmoderna. Según Mardones, precisamente esta religiosidad posmoderna es el "gran satán" de los integristas, ya que se trata de una religiosidad, que los creyentes se sirven "casi a la carta" con mezclas de diversas tendencias. "Pasa más por el corazón que por la crítica y en ese sentido es propicia al fundamentalismo, en tanto que se olvida de los elementos racionales para caer en la religiosidad de turno. Pero para el fundamentalismo islámico ese relativismo representa la más peligrosa contaminación de Occidente".

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