Amplia reticencia en América Latina ante una posible intervención

La abstención de Brasil en la votación del Consejo de Seguridad abriendo la puerta a una invasión de Haití por parte de Estados Unidos ilustra las dudas de la gran mayoría de los países latinoamericanos al respecto. La resolución "no toma en cuenta la tradición legal de América Latina", afirmó el representante brasileño, Ronaldo Sardenberg.Este sentimiento lo resumió también ayer el embajador mexicano ante las Naciones Unidas, Víctor Flores Olea, al recordar poco antes de la votación que Ias intervenciones militares en nuestro hemisferio han sido invariablemente traumáticas; han desolado zonas urbanas y afectado adversamente y desmoralizado a la población civil, creando resentimientos históricos".

El diplomático mexicano añadió que este voto daba "una carta en blanco para que la indefinida fuerza multinacional actúe cuando lo considere conveniente", lo que constituye, añadió, "una práctica altamente peligrosa".

Otro país opuesto a una eventual invasión norteamericana de Haití, por el precedente que podría crear en la zona, es Cuba. El representante del régimen de La Habana ante las Naciones Unidas, Bruno Rodríguez Parrilla, afirmó antes de la votación que una acción de este tipo constituiría una amenaza para la estabilidad de esta zona del mundo y una fuente de preocupación para los países vecinos.

El diplomático cubano añadió que el despliegue militar en curso representa una amenaza para su país. A la vez que reafirmaba su apoyo a Jean-Bertrand Arsitie, Rodríguez Parrilla recordó que la historia de la dictadura en Haití no empezó con la actual junta militar, y que durante mucho tiempo existió en este país otra dictadura que gozaba del apoyo político y financiero de los Estados Unidos.

Entre los países que han expresado también públicamente su oposición a una intervención norteamericana figuran Uruguay, cuyo embajador ante la ONU, Ramiro Piriz Ballón, afirmó que no se habían agotado las vías diplomáticas para resolver el contencioso, y Venezuela.

Apoyo solitario

Washington sólo cuenta por tanto, en el sur del hemisferio, con el apoyo solitario del Gobierno argentino de Carlos Menem. El representante de Buenos Aires ante las Naciones Unidas, Emilio Cardenas, volvió ayer a expresar esta posición favorable al subrayar que se trata de un caso "único y excepcional", que "no admite más demoras".

El diplomático añadió que "dentro de lo previsto en la Constitución argentina", su país apoyaría la acción de Estados Unios. No queda claro, sin embargo, si el Gobierno de Buenos Aires estaría dispuesto a aportar soldados para la intervención en sí, o sólo para participar en la fuerza multinacional que mantendrá el orden en el país caribeño una vez expulsados del poder el general Raoul Cédras y sus partidarios.