El 'césar' socialista
Dos características destacan en la persona de Bettino Craxi: su impresionante estatura y su capacidad para concitar la antipatía, el rencor e incluso el odio declarado de sus conciudadanos. El ex jefe de Gobierno y ex secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI) ofrece el aspecto de un hombre dispuesto a zanjar a bofetadas sus diferencias con. el resto de la humanidad.A lo largo de su carrera política, Craxi logró ganarse los calificativos de prepotente y carente de escrúpulos. Se llegó a hablar del cesarismo del secretario general. Hoy, a sus 60 años y exilado en Túnez por supuestas razones médicas, Craxi responde con rudeza a los jueces de Milán, insiste en la teoría de la conspiración en su contra, denuncia una campaña de linchamiento y afirma que las acusaciones que pesan contra él son. "absurdas". Pero no parece reunir la energía suficiente para enfrentarse directamente a los magistrados milaneses.
Craxi se inició en los asuntos públicos hace ahora 45 años. Siendo apenas un adolescente se afilió al PSI. Nacido en Milán pero de origen siciliano, su educación política tuvo mucho más de militancia de base, que de formación académica. Periodista de afición, Craxi llegó a lo más alto del partido en 1976, en el momento en que se diluía el compromiso histórico -tras la hegemonía de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista fruto de la guerra fría- con el constante veto al acceso a un Gobierno comunista en Italia.Intimo de Berlusconi
Íntimo de Silvio Berlusconi -hoy primer ministro italiano- Craxi se convirtió en 1983 en el primer socialista de la historia de Italia que alcanzaba la jefatura del Gobierno. Y precisamente entre 1983 y 1987 creció la denominada Milán de oro, a costa de desorbitar la deuda pública del Estado.
Cuando los jueces milaneses de la investigación Manos Limpias se lanzaron contra la financiación ilegal de los partidos políticos, Craxi se hundió junto a su partido. Una, caída que arrastró también a la Democracia Cristiana. Sin embargo, fiel a sus maneras, el secretario general de los socialistas optó por arremeter contra periodistas, empresarios, jueces y políticos.
Gozó de un último respiro cuando el Parlamento rechazó su procesamiento -en primera instancia. el mismo día en que se estrenaba el Gobierno técnico de Carlo Azeglio Ciampi, que modificó la ley electoral y convocó los comicios que elevaron a Berlusconi a la jefatura del Gobierno.
Finalmente procesado, Craxi desapareció cuando el pasado mes de mayo los jueces quisieron privarle del pasaporte.
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