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UNA PROSISTA EXIGENTE Y PERSONAL

El rigor y la vitalidad de una novelista inmortal

Escritoras de diferentes generaciones evocan a la autora de 'La sinrazón'

Guillermo Altares

Carmen Martín Gaite: "Hace dos años en una conferencia en el Ateneo, le preguntaron al terminar si estaba cansada o si quería que le hiciesen preguntas. Dijo que lo único que la molestaba era que la preguntasen tonterías. Es una anécdota que refleja su personalidad. Tenía una enorme exigencia, tanto en lo personal como en lo intelectual. Era muy vital y nunca abandonó su enorme rigor intelectual. La novela de Rosa Chacel que más gusta es La sinrazón, una obra dura, seca, con una prosa apretada. Justo todo lo contrario de lo que se suele entender por ahí como escritura femenina. Cuando di unas conferencias sobre Elena Fortún, ella estuvo en todas, en primera fila. Y me quedé impresionada, porque ella había vivido todo aquello de lo que yo estaba hablando. Parecía inmortal".Adelaida García Morales:. "En 1990 fui jurado del premio Cervantes y propuse su nombre. No se le dieron. Es una pena que se haya ido sin lograr el galardón más importante de las letras hispánicas. Fue una narradora muy buena, cuyas obras están cargadas de filosofía. Era muy minuciosa en su escritura y conseguía crear una enorme tensión dramática. Editorialmente estuvo muy marginada. Es el único motivo por el que puedo explicarme que libros como Las memorias de Leticia Valle, Teresa o La sinrazón no llegasen al gran público".

Fanny Rubio: "Hija del 98, fue una escritora a su aire dentro de la primera generación de mujeres intelectuales, a la que pertenecen, entre otras, María Teresa León o María Zambrano. Su historia personal es irrepetible: sus años del exilio, su categoría como pensadora, su adscripción al grupo de la Revista de Occidente. Fue una mujer que nunca se encerró, que estuvo activa hasta sus últimos días. Tenía una serie de rasgos personales que llaman la atención: el rigor, la soberbia intelectual como gesto. Cuando la releo, me gusta rescatar sus monólogos, sus reflexiones sobre la escritura. Sus grandes logros son La sinrazón y Las memorias de Leticia Valle. Es una de las voces más importantes de la literatura de este siglo. Ella escribió sobre Juan Ramón Jiménez: 'Cuando su figura real aparezca, se va a desvanecer mucho de lo que se ha dicho de él y va a quedar el predilecto del ángel'. No puedo evitar pensar ahora que son unas palabras que también valen para ella".

Soledad Puértolas: "Su prosa estaba muy cuidada y trabajada, tenía una enorme finura. Sus libros más importantes, Las memorias de Leticia Valle o Desde el amanecer, consiguen mantener una velada línea intimista, siempre desde una gran ambigüedad. Era una persona con una asombrosa vitalidad: una cabeza lúcida, con un enorme sentido del humor, que siempre se quedaba a tomar la última copa. Es verdad que con su literatura no ha tenido suerte, ya que el reconocimiento le ha llegado tarde y mal. Es una de esas injusticias literarias".

Ana María Moix: "Conocí su obra por primera vez en los años sesenta y entonces empezamos a cartearnos. Nuestra correspondencia duró hasta que ella llegó a España, desde el exilio, a principios de los años setenta. No ha ganado el Cervantes, pero eso es algo que le ha pasado a otros grandes escritores españoles. En los últimos años se han hecho ciclos sobre su obra, homenajes, ha sido leída por los jóvenes. Ha tenido un reconocimiento tardío, pero justo. Seguro que le ha enfadado mucho morirse, porque es algo que no entraba en sus planes. Su carácter es un poco mítico: era enérgica, intransigente, rigurosa. Unió su exigencia vital con su exigencia literaria".

Rosa Montero: "No es una escritora que haya influido en mi generación. Primero, porque su estilo es singular, es una gran escritora que labra las palabras y los conceptos. Segundo, porque no se la ha leído nada. Su obra empezó a ser recuperada en los ochenta, cuando mi generación ya estaba formada literariamente. Sobre todo es una gran escritora, cuya prosa es- filosófica y poética. Es un ejemplo de honestidad, de perseverancia desde una esquina muy dificil de la creación literaria y al margen de cualquier reconocimiento público".

Josofina R. Aldecoa: "Me parece un personaje impresionante, desde el punto de vista humano y personal. Desplegaba una enorme energía física y mental. Su literatura es muy fiel a su tiempo. Cuando volvió a España era muy poco conocida y su obra ha empezado a ser valorada hace poco tiempo".

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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