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El festival de Bayreuth ofrece nuevas versiones de óperas de Wagner

Bajo una temperatura de 41 grados centígrados, más de 2.000 invitados entraron ayer por la majestuosa puerta real del teatro de la Opera de la ciudad bávara de Bayreuth para asistir a la inauguración del célebre festival wagneriano. La ópera Parsifal abrió su 83º edición, que este año ofrece una nueva puesta en escena de El anillo de los nibelungos, encargada al renombrado director teatral Alfred Kirchner, y al de orquesta James Levine. La tetralogía operística -compuesta por El oro del Rin, La walquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses-, que Richard Wagner tardó 26 años en completar, es el plato fuerte de la mundialmente famosa cita operística.

A las cuatro de la tarde se abrieron los telones del festival con la puesta escena, bajo la dirección del italiano Giusseppe Sinopoli, de Parsifal, que en la edición de 1993 fue cantado por Plácido Domingo. El tenor español, que el año pasado supo poner un reto más a su ya larga carrera debido a la dificultad que entraña interpretar y cantar dicho personaje protagonista, ha sido sustituido en esta edición por Paul Elming. Bernd Weikl como Amfortas, Matthias Hoelle como Titurel, Hans Sotin como Gurnemanz y Franz Mazura como Klinsgor, que el año pasado cantaron al lado de Domingo, han decidido repetir la experiencia.

Asistencia mermada

Este año, ya sea por la crisis económica o por las altas temperaturas del verano alemán, ha mermado la asistencia de los diversos personajes de la alta sociedad centroeuropea, que junto al festival en sí son la gran atracción de la cita operística. Ausencias destacables han sido, entre otras, las del recién nombrado presidente federal, Roman Herzog, quien no parece sentirse muy atraído por la cultura operística, y la del canciller alemán, Helmut Kohl, que intenta acudir a Bayreuth si sus obligaciones se lo permiten.Sin embargo, personalidades habituales, como el ex ministro de Asuntos Exteriores Hans Dietrich Genscher o la vicepresidenta del Bundestag (Parlamento Federal), Renate Schmidt, así como la plana mayor del Gobierno federal, no han faltado este año, acompañados por el ministro ruso de Cultura, Yevgeni Sidorov.

En las 30 veladas que se suceden entre hoy y el 28 de agosto, Dayreuth y su Teatro de la Colina Verde, que hizo construir el propio Richard Wagner, ofrece, además de la nueva tetralogía, las óperas Parsifal, en versión de Wolfgang Wagner (nieto de Richard Wagner); Tristán e Isolda, dirigida por Heiner Müller, y El holandés errante, en versión de Dieter Dom y que probablemente será la última vez que sea puesta en escena aquí.

Tal y como sucede todos los años, las 58.000 entradas para las 30 funciones están vendidas desde el otoño pasado; y como todos los años, también en esta ocasión hubo ocho veces más solicitudes por cada entrada, que no se han podido atender.

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