El Sinn Féin matiza su rechazo a la declaración de paz anglo-irlandesa
El Sinn Féin sigue dispuesto al diálogo con el Gobierno británico sobre el problema del Ulster y no rechaza como un texto inútil la Declaración de Downing Street, firmada el 15 de diciembre pasado por los primeros ministros de Irlanda y el Reino Unido, Albert Reynolds y John Major, respectivamente. Simplemente, se limita a considerarla un paso más en el largo y complejo camino que llevará a la paz a la atribulada provincia.Éste fue el mensaje sobre el que insistieron ayer los líderes del Sinn Féin, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), en un intento de matizar su esperada respuesta a la declaración dada a conocer el domingo tras una larga conferencia extraordinaria del partido, celebrada en un hotel del norte de Irlanda. La respuesta, que la mayoría de los medios de comunicación británicos resumieron en la palabra rechazo, ha sido acogida con decepción por las autoridades irlandesas, mientras un portavoz de Downing Street insistía ayer en que una vez más "el Sinn Féin se ha vuelto a mostrarse incapaz de lograr lo que desea el 90% de la población de la isla de Irlanda, es decir, que junto con el IRA ponga fin a la violencia por las buenas".
En una conferencia de prensa celebrada en Londres, Mitchel McLaughlin, un responsable del partido, negó que la respuesta del Sinn Féin pueda resumirse en un rechazo a la declaración de paz. En una de las tres mociones firmadas por los 800 delegados en la conferencia, se dice textualmente que la Declaración de Downing Street "contiene elementos contradictorios y negativos" que el Sinn Féin no puede aceptar. Sin embargo, McLaughlin insistió en que la información facilitada por la prensa supone "una visión distorsionada de las decisiones que se tomaron el domingo". Al mismo tiempo reiteró los puntos de vista expresados el domingo por el propio presidente, del Sinn Féin, Gerry Adams.
Adams, cuya voz está prohibido reproducir en la radio y televisión británicas, había hecho hincapié en que "sólo el Gobierno británico tiene la facultad de resolver el conflicto". Ante la insistencia de los periodistas en conocer el por qué de la negativa del Sinn Féin a aceptar las reglas del juego y renunciar, junto al IRA, públicamente a la violencia, McLaughlin precisó que el Gobierno británico "es también el brazo político de la facción que cuenta con un ejército mayor en nuestro país", pese a lo cual se considera legitimado para sentarse en una mesa de conversaciones sin haber iniciado un proceso de desmilitarización. Por el mismo motivo, "el Sinn Féin, que representa al 40% de la población de Irlanda del Norte, tiene derecho a sentarse a esa mesa, con independencia de la existencia del IRA". McLaughlin insistió en que, sin el Sinn Féin, "no es posible negociar la paz".
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