El difícil equilibrio del complejo militar
El presidente Borís Yeltsin ha firmado recientemente un decreto que dispensará a las empresas militares de algunas pesadas cargas relacionadas con el "potencial de movilización", es decir, la capacidad bélica que estaban obligadas a mantener para casos de emergencia. Ésta es una consecuencia lógica de la disminución de los encargos a la industria bélica en un promedio de casi un 80% desde 1991.Sulakshin opina, sin embargo, que se necesita una ley para "equilibrar" el tema, en cuyo trasfondo hay una cuestión global: el futuro papel de Rusia como potencia en el mundo, una reflexión que provoca ambigüedades en ciertos sectores políticos y militares norteamericanos a la hora de apoyar investigaciones y proyectos en Rusia.
"La liquidación de las capacidades productivas", afirma, puede darse de forma apresurada e inoportuna, y muy pronto puede averiguarse que la decisión de liquidarlas era infundada, porque un país como Rusia tuvo, tiene y tendrá necesidades de defensa, de una aviación poderosa, de fuerzas nucleares estratégicas, de una flota con submarinos atómicos, de un programa espacial y fuerzas militares espaciales, y este complejo no puede interrumpir su funcionamiento, pero, en la confusión, algunos de sus elementos pueden ser liquidados en vano o sustancialmente destruidos, y será mucho más difícil restablecerlos si surge la necesidad en el futuro".
Por otra parte, la disminución de los presupuestos municipales hace disminuir la efectividad de los órganos de orden público (de las ciudades cerradas). "Aumenta el número de casos de entrada no autorizada en el territorio de las ciudades prohibidas y el nivel general de delincuencia en estos territorios", advierte Sulakshin.
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