Vázquez Montalbán afirma que la sociedad va hacia "un choque de integrismos"
El escritor dirige en El Escorial un curso sobre la crisis de la cultura
La interpretación del presente se ha convertido en una de las tareas más exigentes de los intelectuales de hoy. La confusión generalizada sobre lo que está sucediendo ha llevado esta semana a un grupo de expertos en comunicación, filosofía, política, artes y letras, convocados por Manuel Vázquez Montalbán en El Escorial, a plantearse una pregunta: ¿Cultura de la crisis o crisis de la cultura? Según el autor de Galíndez "vamos irremediablemente hacia un mestizaje de culturas" y las tensiones que eso genera desembocará en "un choque de integrismos".
Después de una década de efervescencia analítica, en la que se impuso el discurso de la posmodernidad y el auge del pensamiento débil, y en la que toda manifestación tuvo un nombre precedido de neos, post y trans, las aguas del pensamiento se han filtrado hacia otro cauce. "Vuelve la fiebre de la reflexión sobre qué es lo que nos está pasando", afirma Manuel Vázquez Montalbán. El escritor y periodista dirige, junto a María Dolores Saiz, durante esta semana un curso en la universidad de verano de la Complutense en el que se plantean una serie de preguntas sobre la crisis de la cultura en su sentido más amplio. Participan en ese debate, pensadores como Román Gubern, Juan Ramón Capella, Francisco Fernández Buey o Antonio Rodríguez de las Heras. "Las evoluciones son mucho más naturales ahora", explica Vázquez Montalbán en relación a esa pasión clasificadora de los ochenta. "Los mismos rara vez tienen contenidos reales, se usan solo para organizar y ordenar una serie de características. La evolución de las artes no requiere tantos compartimentos. El peligro es que ese afán de orden convierta esos ismos en mercancía".
El autor de El pianista se apoya en las tesis de autores que están buscando más libremente una interpretación de esta crisis. "Autores como Enzsesberger, Toffler, Bobbio y muchos otros han publicado en los últimos tiempos pequeños manifiestos de interpretación del presente. Hay una necesidad de resituarse y la cultura refleja esa necesidad de adecuación a las nuevas condiciones de la realidad", continúa Vázquez Montalbán.
Contra la nada
La crisis, punto de partida de las reflexiones en este curso, no es para los organizadores un punto al borde del abismo, sino un estado constante en el crecimiento de la humanidad. "La crisis es el momento de resolución de algo inacabado", afirma Vázquez Montalbán. "Pero ahora se toma en el sentido de una catástrofe. La crisis obliga a cuestionar lo establecido, lo sabido. Y en ese sentido, la crisis es algo positivo, aunque sea un estado que ya no se va a terminar porque ya nunca volveremos a pensar que hemos alcanzado la verdad absoluta. Para vivir desde la lucidez no habrá otro juego posible que el de preguntarse constantemente".
Esta necesidad de reflexión viene, según Vázquez Montalbán, después de una etapa de excesiva orientación. "Después de un periodo que podríamos llamar higiénico, en la que la gente se ha manifestado contra todo, ahora surge la necesidad de hacer algo contra la nada", dice Vázquez Montalbán. "Lo que ha sucedido ahora es la instalación de cierto fatalismo o un nihilismo algo cínico, en muchos intelectuales. Incluso pensadores como Karl Popper se han mostrado escandalizados por la relativización de todo".
Para el autor de Galíndez el exceso de oferta de productos culturales hace que los consumidores deban diversificar sus preferencias. "No es que se lea menos, es que se han idealizado los niveles de lectura del siglo XIX, cuando el libro era el único vehículo para la circulación de ideas. En ese alarmismo hay desde el pesimismo interesado de los editores, hasta el subjetivismo del escritor, que reacciona de acuerdo a cómo le vaya en la fiesta".
Ante el exceso, se alza también un vacío, "Ha desaparecido la capacidad mitificadora del lector", prosigue Vázquez Montalbán. "Si hoy existiera Kafka, nadie se daría cuenta. Hay poquísimos autores que se sigan con verdadero interés en la sociedad literaria".
Pero si se trata de analizar el presente y de ver hacia donde nos dirigimos, Vázquez Montalbán lo ve bastante claro. Para él la mezcla de culturas nos lleva a un nuevo modelo de relaciones sociales. "El mestizaje en la cultura es algo irreversible", dice Vázquez Montalbán. "Lo que sucede es que la angustia del avance de este mestizaje excita el extremo contrario, y surgen las manifestaciones de nacionalismos y otro tipo de afirmaciones radicales. Vamos hacia una grandísima tensión basada en desigualdades, reales. Estas mezclas tienen en contra a los grandes poderes, y el arma de los pobres es el integrismo. Vamos hacia un choque de integrismos de todo tipo, liberales, islámicos, vaticanistas ...".
Este panorama no sorprende desarmados a los protagonistas de la cultura. "Se perciben síntomas de cierto distanciamiento crítico. Lo establecido se encuentra nuevamente bajo sospecha, y hay una necesidad de luchar contra el cansancio democrático".
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