Degollados siete marinos italianos en un barco atracado en un puerto del este de Argelia
Siete marinos de nacionalidad italiana fueron degollados en la noche del miércoles al jueves mientras dormían en los camarotes de su barco mercante, atracado en el puerto de Gengen, sito en la ciudad de Jijel, a unos 350 kilómetros al este de Argel. Con estas muertes se eleva ya a 44 el número de extranjeros asesinados en Argelia desde el 30 de octubre, fecha en que el Grupo Islámico Armado (GIA) dio un ultimátum a toda la comunidad internacional para abandonar el país.
Los cuerpos sin vida de los siete marinos, el capitán de la nave, dos oficiales, el jefe de máquinas y tres peones, con edades que oscilan entre los 49 y los 24 años de edad, fueron hallados en el interior de sus camarotes por un miembro del servicio de vigilancia del puerto.La nave había zarpado del puerto sardo de Cagliari el pasado 10 de junio, llevando en sus bodegas un cargamento de grano a Argelia. El buque, bautizado con el nombre de Lucina, pertenece a la empresa familiar Cellino, uno de los tres grupos más importantes en el comercio de trigo en Italia. En el momento de partir, la dotación del buque estaba formada por otros dos marineros más, cuyo paradero se desconoce por el momento, aunque se especula con la posibilidad de que hubieran abandonado la nave en alguna de las escalas intermedidas efectuadas por el carguero durante su singladura.
La región de Jijel, donde se ha producido este múltiple asesinato, es escenario de continuos enfrentamientos entre la guerrilla integrista y las fuerzas de seguridad argelinas. El último incidente importante se registró el pasado 18 de mayo, cuando en plena carretera, en las cercanías de la ciudad, fue atacado una caravana de 25 cooperantes rusos, empleados de una central eléctrica, que viajaban custodiados por dos camiones repletos de soldados. En este enfrentamiento resultaron muertos tres rusos y ocho militares argelinos.
El mayor ataque contra un grupo nacional se produjo en diciembre, con la muerte, también por degollamiento, de 12 técnicos croatas. El español Manuel López Bailén, que comerciaba en marisco, fue de los primeros extranjeros asesinados por el GIA, a primeros de aquel mismo mes de diciembre.
Pocas horas antes de que trascendiera el degollamiento de los marinos italianos, se hacía pública en Argel la noticia de la aparente desaparición de otro súbdito italiano, Feliciano Francini de 49 años de edad, quien trabajaba en los yacimientos de gas natural de Hassi R'Mel, en el sur del país. El desaparecido colaboraba con Argelia dentro de un programa de ayuda y cooperación energética establecida entre ambos países.
Restos de sangre
Francini, que pertenecía a la plantilla de la empresa constructora Bentini, fue visto por última vez el domingo en el aeropuerto de Gardaia, a unos 600 kilómetros al sur de la capital, al volante de su propio vehículo, en el que transportaba a un compañero que debía tomar un avión. El lunes por la mañana, las fuerzas de seguridad localizaron su coche vacío: en el interior había restos de sangre.
Las fuerzas de seguridad argelinas y especialmente la policía rural se han desplegado en toda la zona y están efectuando intensos rastreos y pesquisas en un intento de localizar el desaparecido. El cónsul de Italia en Argel se desplazó el miércoles a Gardaia, desde donde sigue de cerca los trabajos de búsqueda, según aseguraron ayer fuentes diplomáticas en la capital argelina. Las autoridades de la capital no han facilitado ninguna información con respecto a esta desaparición. Sin embargo, ayer al mediodía hicieron público un escueto comunicado informando del asesinato de los siete tripulantes del Lucina.
En medios consulares de Argel se recalcaba ayer el hecho de que éstos son los primeros asesinatos que la guerrilla integrista radical inflige a la colonia italiana de Argelia, tras las amenazas y ultimátums dados por el GIA. El único atentado que hasta ahora se había producido contra un ciudadano italiano resultó frustrado.
Este asalto se produjo el pasado 2 de diciembre, el mismo día en que cayó el español López Bailén, y estuvo dirigido contra un hombre de negocios especializado en la compra-venta de coral, afincado en Birjadem, a pocos kilómetros de Argel. El italiano resultó levemente herido por los disparos efectuados por unos desconocidos, a primera hora de la mañana, cuando abandonaba su casa.
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