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A la conquista de las Galias

Pleito por los derechos de autor sobre Astérix

Enric González

La última aventura de Astérix no tiene un final feliz, con juerga y banquetazo. La irreductible aldea gala ha sido conquistada por los abogados, y contra ellos no hay poción mágica que valga. Albert Uderzo, dibujante, autor de Astérix en solitario desde la muerte del guionista René Goscinny en 1977, ha anunciado que no volverá a coger el lápiz si pierde el pleito que le enfrenta a la editorial Dargaud.Uderzo quiere para sí los derechos de las 24 primeras aventuras de Astérix, publicadas entre 1959 y 1977. Dargaud se resiste a cederlos, y afirma que la pérdida de ese filón provocaría la crisis de la compañía y decenas de despidos. El triángulo de la cizaña se completa con la irrupción de Anne Goscinny, de 26 años, hija y heredera del fallecido guionista, que pleitea también contra Uderzo.

Lo que está en juego no es un simple puñado de sextercios. Desde 1959 se han vendido más de 250 millones de ejemplares en 57 idiomas de las aventuras de Astérix, lo que sitúa al guerrero galo muy por delante de su viejo rival belga, Tintín, con 180 millones de álbumes vendidos.

Astérix es también seis películas, un exitoso parque de atracciones cerca de París, un juego informático, una promoción de las hamburgueserías McDonald,s y una tupida red de contratos de imagen. En total, un negocio que factura más de 320 millones de francos al año, unos 8.000 millones de pesetas.

El conflicto judicial tiene su origen en 1977, a la muerte de René Goscinny, inventor del personaje. El dibujante Uderzo decidió seguir el trabajo en solitario, pero al margen de la editorial Dargaud, que había editado los 24 álbumes publicados hasta entonces y poseía todos los derechos sobre los mismos. Uderzo percibía sólo un 10% de los beneficios que generaba Astérix, y quería más. Los cinco álbumes que aparecieron después de 1977 fueron publicados por Ediciones Albert-René, una sociedad cuyas acciones se distribuyeron con un 80% para Albert Uderzo, y 20% para Gilberte Goscinny, viuda del guionista René.

"Podía habérmelo quedado todo, porque todo procedía exclusivamente de mi trabajo, pero quise tener una gentileza con Gilberte", explica Uderzo. Gilberte Goscinny se dio por satisfecha. Pero la viuda del guionista murió a principios de este año, y su hija, Anne, heredera única, decidió que el 20% resultaba insuficiente. Anne demandó a Albert Uderzo. "Es frecuente que el dibujante cobre más que el guionista, pero todo el mundo sabe que Astérix fue creado por mi padre y que Uderzo fue un simple ejecutor", dice Anne.

"Ahora me quieren hacer pasar por un miserable que explota a una pobre huerfanita rica", responde irritado Uderzo. "Desde la muerte de René he trabajado solo y he vendido 40 millones de álbumes, de los que Anne percibe un tercio de los derechos sin mover un dedo; también cobra un 50% de todos los derechos de imagen, y encima va diciendo por ahí que a ella no le entusiasman las aventuras de Astérix".

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