Lejos de la actualidad

"La suya es una literatura que no tiene público y, al mismo tiempo, una literatura que siempre tendrá lectores". Así explicó ayer el poeta Francisco Brines la resistencia de la obra de Gil-Albert al éxito masivo y al paso del tiempo. "Es un caso poco frecuente de escritor total, aunque resulta más normal como poeta que como prosista". Según Brines , era bastante anómalo en el sentido de que hacía una prosa "desde la persona y desde una contextura de tipo moral, de una moral pagana, en el sentido de muy libre".Tras calificarlos como "un escritor muy lúcido", Brines señaló que Gil-Albert "nunca obedeció, ya no a los dictados de la moda, sino de la actualidad".

El director del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, dependiente de la Diputación de Alicante, Emilio Laparra, dijo del autor que ha sido "uno de los prosistas más extraordinarios del siglo XX". Laparra contó una anécdota según la cual, Gil-Albert, al ser preguntado sobre su supuesto afrancesamiento cultural, respondió: "Soy un español que piensa".

El escritor Manuel Vicent, declaró que Gil-Albert, "siendo uno de los grandes escritores estelares de España, no ha conseguido ninguno de los grandes premios oficiales, y eso no solamente le enaltece a él, sino que demuestra el marasmo de la cultura oficial".

"Nuestro país y especialmente la Comunidad Valenciana deben mucho- a Gil-Albtrt", declaró ayer la ministra de Cultura, Carmen Alborch, quien destacó "la dimensión universa" del escritor, su "sensibilidad poética, su prosa de clásicas resonancias y su tenaz curiosidad de erudito".