De akí

Bano el nombre de Monstruos del rock de akí a la arena se adentraron seis grupos con un denominador común: la construcción, cada uno a su manera, de un estilo bronco, directo y sin tapujos que presenta sus verdades a golpe de sentimientos primarios y sonido sin concesiones. Podrá achacársele a ese rock callejero y, contestario numerosas deficiencias técnicas, pero no hay duda sobre su apuesta sincera. Tampoco cabe atribuirle ninguna fijación en las modas y muchos menos pueden sospecharse influencias, foráneas. Este es un rock propio, local que, eso sí, debe mucho a Leño, el trío madrileño que siempre flota sobre el ambiente cuando de integridad y coherencia se trata.El sector juvenil que se considera ajeno al despliegue publicitario y disfruta con su rechazo de lo establecido acudió a la llamada de quienes les sirven de estandarte. El coso de Las Ventas fue testigo de una larga manifestación de denuncas y reivindicaciones que los grupo plantean en sus textos y los aficionados corean con entusiasmada rabia. La insumisión fue una de las propuestas más celebradas. No obstante, el ambiente nunca se cargó de agresividad y mantuvo el tono de acto combativo pero, sobretodo, festivo.

El festival fue una auténtica prueba de aguante físico para quienes, desde las siete de la tarde, siguieron de cerca las evoluciones del sexteto de bandas hasta cerca de las tres de la madrugada. El cartel reunió a seis formaciones que llevan como bandera cantarle a su gente las cuatro verdades del barquero.

Sonido radical

Reincidentes provocaron los primeros bailes del pogo a pleno sol y con un calor agobiante, Porretas sirvieron su rock primitivo de himnos populistas y Platero y Tú, cuando la luz solar se apagaba, aportó su rock and roll de puro entretenimiento.En la caída de la noche, Soziedad Alkoholika puso en juego el tono más radical en sonido, actitud y contenido. Dos bandas consagradas cerraron la noche: Barricada se exhibió espléndido en su madurez y Los Suaves se marcaron una de rock imparable como para no dejar de mover los pies.

El broche de oro de una velada de éxito se alcanzó con la subida de los navarros para interpretar juntamente con los gallegos un medio improvisado. Maneras de vivir, tema abanderado de Leño que en este contexto encajaba como anillo al dedo. "Descuélgate del estante y si te quieres venir tengo una plaza vacante", la última estrofa entonada, resume la invitación a ver las cosas desde otro punto de vista. Y es que el padre espiritual de estas formas se llama Rosendo Mercado, en esta ocasión sólo presente en alma puesto, que espera su noche en la arena para el próximo septiembre.